[Opinión] Richard Arce: La traición de Pedro Castillo

Podría afirmar que lo sucedido en Huancayo y toda la región de Junín es el punto de inflexión del gobierno improvisado de Pedro Castillo porque se ha llegado al límite que tantas veces estuvimos anunciando. Erróneamente, creímos que el Congreso tendría un rol protagónico para equilibrar en esta crisis política.

La realidad ha superado a la ficción y, paradójicamente, en la tierra donde Cerrón y compañía forjaron Perú Libre se han manifestado con contundencia contra la corrupción que ha representado la gestión del gobierno regional y municipios del lápiz. Y ahora con Castillo se han visto perjudicados con la subida del costo de vida.

La crítica principal de esta crisis económica que afecta los bolsillos de las familias es por la incompetencia de un gobierno que no tuvo la capacidad de prever este escenario y menos tuvo el reflejo para responder con estrategias que permitan contener la subida de los precios de los combustibles, el trigo, maíz y el azúcar, que encarecen la canasta familiar.

Ahora que la movilización social se ha desbordado, tanto con los transportistas de carga pesada como con los agricultores, se ha desnudado el fracaso de la mal llamada segunda reforma agraria, que en realidad fue una estafa y además evidencia que solo jugaron con las ilusiones de millones de peruanos.

Hay otro Perú que históricamente ha sido excluido y postergado, son ellos los que ahora se movilizan en provincias, para hacerle recordar a Castillo sus promesas de campaña y, sobre todo, para reclamarle por todos los escándalos de corrupción.

El presidente podrá haber ayudado a poner a buen recaudo a Pacheco y sus sobrinos, pero ya no puede seguir engañando al país con su monserga que nos divide, polariza y aprovecha para victimizarse, como único recurso para evadir sus responsabilidades.

El país ya despertó del letargo de la pandemia, con la desilusión del “maestro rural” presidente que ha traicionado a su pueblo. Por eso, ahora están pidiendo que se vayan todos y, por eso también, que el Congreso no pretenda sustraerse de su responsabilidad histórica.