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Redacción PERÚ21

redaccionp21@peru21.pe

Leo que los problemas fiscales y de endeudamiento de Grecia la obligarán a adoptar medidas drásticas de ajuste, a pesar de que su presidente anunciara, hace meses, que no aceptaría las condiciones que intenta ponerle el Fondo Monetario Internacional.

Grecia ilustra esa frase que tanto repiten los economistas: "No hay lonche gratis"; tarde o temprano se paga la cuenta de los excesos. Y Grecia abusó del gasto público y ahora deberá hacer un ajuste drástico que afectará duramente a su población.

Es inevitable recordar lo que tuvimos que pagar los peruanos en la década de los 90 a raíz de los fracasos empresariales del Estado, malas políticas y medidas acumuladas durante décadas de gobiernos militares y populistas. El día siguiente del mensaje de Hurtado Miller, la gente se miraba sin entender lo que pasaba.

Una escena que ilustra lo ocurrido ese día fue la de un hombre mayor, muy delgado y con evidentes síntomas de gripe. Estiró la mano llena de billetes arrugados a la boticaria que atendía uno por uno a los clientes en cola. Pidió un Mentholatum. La boticaria echó una mirada al fajo de billetes y contestó: "No alcanza". El hombre la quedó mirando sin entender.

Cuando escucho el entusiasmo de los candidatos ofreciendo desde trenes bala hasta un Estado empresario, y no escucho cuestionamientos en los votantes, me pregunto si no hemos aprendido la dura lección que nos hizo pagar el populismo. ¿Por qué se prefiere que una empresa esté dirigida por funcionarios que nunca han pagado una planilla y que toman riesgos porque su propio bolsillo no está en juego?

La regulación en el Perú ha avanzado mucho y puede seguir mejorando, asegurando que las empresas no abusen de su posición de dominio. A un Estado empresario es difícil regularlo. Sus decisiones tendrán influencia política. Y, peor aún, dependiendo del funcionario a cargo y quién sabe qué otro tipo de influencias también.

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