[Opinión] Hernán Díaz: La Gran Corrupción

Llevo más de un año colaborando con este diario. De las decenas de columnas publicadas, confieso que gran parte de ellas ha tenido al presidente Castillo como actor principal. Confieso también que me habría encantado escribir sobre el desempeño del presidente y sus políticas de gestión, de desarrollo, de sus aciertos y también de sus desaciertos, pero no ha sido así.

Lamentablemente, la puesta en escena de esta obra funesta bien podría titularse: ‘La gran corrupción’. Porque corrupción es también postularse para ejercer un cargo para el que no estás preparado, porque no estar preparado para ejercer el cargo genera una enorme pérdida de fondos públicos, más aún cuando el cargo es de presidente de la República, cargo del que dependen los bolsillos de todos los peruanos. Y así se han pasado estos 14 meses de gobierno.

Desde el primer día, el presidente decidió, personal y voluntariamente, nombrar a Bruno Pacheco, Geiner Alvarado, Juan Silva y a muchos otros que hoy son sindicados como ejes centrales de una organización criminal que apunta siempre a Palacio. Hoy, el presidente Castillo enfrenta una nueva tormenta que, en boca de algunos, podría ser la que finalmente nos lleve al último acto de esta pesadilla teatral. La fiscal Patricia Benavides ha presentado su expediente, pero, como la ley manda, lo ha hecho ante el Congreso, ese lugar que otrora era el epicentro del debate y la política; ese escenario en el que hoy se emulan cantinas, ese sitio donde un violador vestido de congresista habita. Un Congreso que se debate en su propia supervivencia y donde la mayoría del tiempo es en Pedro Castillo en quien se piensa, y no en los 33 millones de peruanos y peruanas, que impacientes esperamos saber cómo será nuestro futuro.