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Pataz o el corazón de las tinieblas

 "El corazón está en Pataz, lugar donde el metro cuadrado en el centro del distrito se valoriza entre 800 a 1,000 dólares".

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Columna de Iván Arenas
Columna de Iván Arenas
Fecha Actualización

El batolito de Pataz es una inmensa masa geológica que contiene una alta ley o concentración de oro. De hecho, no habría la explosión de la minería ilegal sin este batolito, uno de los más ricos del Perú, y sin los exorbitantes precios en el mercado internacional. El oro, en tiempos de incertidumbre, es hoy el metal refugio de los bancos centrales.

El distrito de Pataz está enclavado en los cerros de la sierra liberteña y allí la minería ilegal gana cada vez más terreno (literalmente) y se camufla con los mineros en vías de formalización a través del Reinfo. Santiago de Chuco, Quiruvilca y Huamachuco son parte de las tinieblas. El corazón está en Pataz, lugar donde el metro cuadrado en el centro del distrito se valoriza entre 800 a 1,000 dólares.

En Pataz y en toda la sierra liberteña hay un boom de la minería ilegal o de la criminalidad en minería que, no obstante el estado de emergencia implantado desde hace meses y los cientos de policías acuartelados en la propia mina Poderosa, continúa. Poderosa es hoy la mina con más ataques por “parqueros”: 18 muertos y 606 ataques (desde 2020 en adelante); y con mayor mineral robado: más de 674 mil toneladas que salen en camiones a vista y paciencia de las autoridades.

Para entender mejor el problema miremos los números. Hay alrededor de 1,461 mineros inscritos dentro de las concesiones de Poderosa. Hay también 455 bocaminas (entre ilegales e informales) y 52 plantas de procesamiento entre ilegales e informales. Vale decir que una planta en la zona, de acuerdo al volumen de producción, está valorizada entre 3 a 10 millones de soles. Otro dato: el metro de un socavón o labor puede costar hasta US$2 mil. ¿Qué nos dicen estos números? Que no son precisamente mineros artesanales o pequeños, sino todo lo contrario. Hay mucha inversión y mucha corrupción.

Es evidente que no todos los informales son ilegales y viceversa, pero en la zona hay señores feudales que han construido imperios utilizando a favor el Reinfo, que será ampliado por este Congreso o el que venga. Hoy no hay consenso para una ley de minería artesanal.

La minería ilegal funciona así. Se ampara en los Reinfos, que los convierten en mineros en vías de formalización y evitan así las interdicciones. Construyen bocaminas (“labores”) y se adentran buscando alguna conexión con las labores “más ricas” de las mineras formales. Apenas reconocen una conexión entran a la labor formal con bandas criminales y “parqueros” que toman por rehenes a los trabajadores, los hacen trabajar y luego explotan los techos y paredes. Así, se quedan con la labor formal.

Todo eso ocurre en la zona, en el “corazón de las tinieblas” allí donde “hay un tinte de muerte” como en el libro.