Congresistas indicaron que Daniel Salaverry ha cumplido con sus funciones. (Foto: GEC)
Congresistas indicaron que Daniel Salaverry ha cumplido con sus funciones. (Foto: GEC)

En el Perú de estos días es fácil quedar atrapado en el ruido de los pasillos del Congreso, los juzgados, las oficinas ministeriales y las dependencias municipales. No es para menos. Pero lo cierto es que, por cada juez corrupto y político advenedizo, hay un número monumental de peruanos que nos dan más de un motivo para sentirnos orgullosos. El 2018 deja varios ejemplos.

Se me vienen a la mente Inés Melchor y Gladys Tejeda, quienes, básicamente, arrasaron en todas las carreras en las que compitieron alrededor del mundo. El mejor regalo lo trajo la selección de fútbol que nos llevó al Mundial luego de 36 años y que selló el momento de mayor alegría colectiva que vivimos en décadas.

La reconciliación con el medio ambiente se abre paso. Luego de tres décadas, 868,927 hectáreas de bosque en la región Loreto han sido protegidas con la creación del Parque Nacional Yaguas. Además, se aprobó la ley que eliminará de forma progresiva el uso de bolsas de plástico y varias playas a lo largo de la costa han sido declaradas intangibles.

Wiñaypacha, la primera película peruana íntegramente en aimara, permaneció en cartelera durante siete semanas. Además, con más de medio millón de visitas, la FIL se ha convertido en el evento que más personas convoca en todo el país.

Ricardo Pun-Chong, quien trabaja con niños de bajos recursos que sufren de cáncer, fue reconocido héroe del año por CNN. Igual Gastón Acurio, quien, a su relativa corta edad, fue premiado por su trayectoria y legado en el mundo. Como ellos, hay más, muchos sin un justo reconocimiento, pero con la misma estela positiva que cambia vidas. Son miles de héroes en silencio capaces de entusiasmar hasta al más pesimista.

En la tormenta de problemas que no debemos descuidar, ese otro Perú es una buena dosis contra la desilusión.

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