Parches para una crisis
Parches para una crisis

Lo que comenzó como una gotera, en el transcurso del día, fue cobrando la dimensión de un torrente incontrolable: el gabinete del ingeniero Martín Vizcarra hacía agua de manera tormentosa. Inicialmente todos los jefes de cartera habrían puesto sus cargos a disposición, pero al final solo se fueron Ana Teresa Revilla (Justicia y Derechos Humanos), Edmer Trujillo (Transportes y Comunicaciones) y Flor Pablo (Educación), que se sumaron a Juan Carlos Liu, quien ya había renunciado a Energía y Minas días atrás.

El escándalo Odebrecht sigue cobrando víctimas en las altas esferas del gobierno peruano, esta vez por una serie de presuntas intermediaciones o reuniones con los actuales ejecutivos de la constructora brasileña. El desparrame comenzó con la salida de Liu de Energía y Minas, a la que siguió la del procurador ad hoc Jorge Ramírez. Ambos, a su vez, al dar sus respectivas versiones de los hechos –una reunión incongruente con representantes de Odebrecht–, terminaron señalando a los titulares de otras carteras, incluyendo al propio presidente del Consejo de Ministros, Vicente Zeballos, cuyo nombre también estuvo entre los que serían de la partida. Sin embargo, para evitar mayores intríngulis constitucionales, conservó el puesto.

Un cambio que logró calmar la preocupación que generó fue el caso de Martín Benavides, quien asume Educación luego de realizar una impecable gestión al frente de la Superintendencia Nacional de Educación Superior Universitaria (Sunedu), y que reemplazará a la saliente Flor Pablo, cuya destacada labor al mando de ese sector no se puede dejar de reconocer. Cabe suponer que ello no significará el debilitamiento de una institución, a estas alturas, indispensable para el país, como es la Sunedu.

Los demás nombramientos fueron los de Francisco Castañeda (Justicia), Carlos Lozada (Transportes) y Susana Vilca (Energía y Minas), en el primer caso configurando lo que en el ajedrez se conoce –cuando una ficha llega al extremo opuesto del tablero– como “coronar reina”, ya que era el siguiente funcionario en el organigrama, es decir, viceministro.

Por el bien del país, esperemos que estos cambios no sean solo un lavado de cara para el Ejecutivo. Se requieren acciones y decisiones que sean para mejor.

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