En mis tiempos universitarios llevé tres veces un curso de Narrativa Audiovisual. La versión romántica es que me apasionaba mucho el tema y me forcé a repetirlo dos veces. La realidad es que no era un buen alumno. Pero no por jalar dejaba de aprender. Las dos primeras veces llevé el curso con un profesor viejo, sin empatía y con ejemplos desfasados. La última vez fue con un joven profesor que usaba las películas que más me gustaban como parte de sus enseñanzas. Así es como se conecta con el alumno. Este maestro conocía a su audiencia.

De una manera resumida, en una estructura narrativa, hay tres actos y una serie de puntos claves que nos ayudan a construir una historia. El primer acto es la presentación, el segundo la confrontación y el tercero la resolución. Según el guionista Syd Field, uno de los puntos más importantes es el detonante. Este acontecimiento aparece antes de finalizar el primer acto. Es el momento en que al protagonista se le presenta un problema (o una oportunidad) y este hecho pone en marcha el resto de la historia. Es el catalizador que empieza a convertir al protagonista en héroe.

El detonante queda mucho mejor plasmado en las películas de superhéroes. En el caso de Batman, es cuando matan a sus papás. En Batman Begins, Bruce Wayne vivía su vida con normalidad, con sueños, deseos y problemas, y esto cambia drásticamente cuando asesinan a sus padres. La vida que él tenía ya no existe. Su mundo externo gira, pero él también siente un cambio interno. Se llena de venganza, odio y miedo.

Creo que queda claro por dónde quiero ir con esto. Nuestro mundo se ha visto afectado. Nuestra realidad ha cambiado y eso nos llena de miedo y odio. Miedo al porvenir y odio a quienes consideramos responsables o culpables. En medio de todo el caos que vivimos, lo que no encontramos es paz. De nuestras acciones dependerá el resultado final.

Pero, como dije al comienzo, este detonante presenta un problema o una oportunidad. Depende de cómo abordemos el tema. En narrativa, los protagonistas deben padecer sufrimiento y conflicto para llegar a su objetivo y convertirse en héroes de sus propias historias. Estamos entonces en medio de nuestro segundo acto, luchando contra un enemigo común. A veces parece que todo está perdido y que no hay esperanza, pero siempre hay luz al final del camino y la única manera de encontrar esa luz es hacia adelante.