[OPINIÓN] Richard Arce: “Una nueva agenda para el gobierno”. (Foto: Presidencia de la República)
[OPINIÓN] Richard Arce: “Una nueva agenda para el gobierno”. (Foto: Presidencia de la República)

Como lo mencionaba ayer en mi artículo, confirman el balance de las manifestaciones ciudadanas en diferentes lugares del país y muestran el alto nivel de desaprobación del Gobierno y, sobre todo, del Congreso. Han vuelto a poner en tapete el adelanto de las elecciones como una salida a esta nueva etapa de la crisis política. Reitero no ha sido un fracaso.

Pedimos prudencia y ponderación a las autoridades del Gobierno, para que sean mesurados en los mensajes que se van a dar como balance de este primer día de movilización y lo más importante, que vean en este problema una última oportunidad para que empiecen a gobernar escuchando el descontento popular. Esto significa sintonizar con las demandas sociales y cumplir los compromisos pendientes.  Ahí, definitivamente la alternativa es el adelanto de elecciones.

Recordemos que en el Congreso hicieron el amago de impulsar una reforma constitucional, pero en el fondo no lo querían hacer y, a propósito, buscaron pretextos para que al final quede en el archivo. Hoy tienen también la oportunidad de buscar una salida ordenada y evitar que escale la protesta.

Lo primero que tiene que hacer el Parlamento es limpiar su imagen, desaforando a los delincuentes que tienen de congresistas, es insostenible que sigan blindándolos; y, a partir de ahí, buscar un acuerdo político para que planteen el adelanto de elecciones como prioridad en esta legislatura.

La presidenta Boluarte tiene que ser consciente que ha fracasado su gabinete y es insoslayable su renovación, necesita ministros que vayan al campo a buscar el diálogo. Además, entendiendo que es un gobierno de transición, podría tener un espacio de paz social. Ya vieron que no es solo Puno, sino también Huancavelica.

La reconciliación con los amplios sectores del sur del Perú deberá ser una de las tareas principales y tiene que mostrar predisposición real, porque es un problema complejo que va a tener que afrontar aún después de ser presidenta.

Seguir bajo el mismo rumbo y con el negacionismo que ha caracterizado estos meses de gobierno la va a condenar a una crisis mayor y, ahí sí, no tendrá posibilidades de salir airosa, al contrario, la salida será abrupta y con consecuencias inesperadas.

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