[OPINIÓN] Richard Arce: “Porky, el baladrón”. (Foto: Municipalidad de Lima)
[OPINIÓN] Richard Arce: “Porky, el baladrón”. (Foto: Municipalidad de Lima)

La imagen del alcalde de Lima se ha desmoronado como un castillo de naipes, después del papelón que ha hecho en su pretensión por desconocer el contrato con la concesionaria de los peajes que administra Rutas de Lima, pues no solo incumplió un compromiso de campaña, sino que quedó como un farsante con todas sus bravatas y expresiones destempladas, amenazando con el cierre del peaje; otra de sus fanfarronadas de campaña política, propias de un baladrón.

López Aliaga se ha dedicado a vendernos una entelequia, Lima potencia mundial, que suena rimbombante y por supuesto que genera expectativa y le ha redituado votos para llegar a ser alcalde. Pero nunca tuvo un plan serio de gestión municipal y menos un sustento técnico y responsable con la realidad de las alicaídas arcas municipales, que además cargaba pasivos complejos como el caso de los peajes. Por cierto, el alcalde tuvo participación directa en la concesión de Línea Amarilla, al ser regidor de Lima, en la gestión corrupta de Castañeda Lossio en 2009, y de eso no dice nada.

Voy a zanjar claramente con la otra gestión corrupta de Susana Villarán. Es indefendible lo que hizo para salvarse de la revocatoria, las pruebas son irrefutables sobre el dinero sucio que recibieron y el festín que hicieron con los peajes.

Ella tiene mucha responsabilidad en los problemas que se tiene con los peajes, pero enmiendo la plana de Porky, porque la responsabilidad es mayor con la gestión de Castañeda Lossio; recuerden que ya estando preso Marcelo Odebrecht y con todo el escándalo mundial, Castañeda seguía firmando adendas y permitió la venta grosera de Rutas de Lima a Brookfield, sin la oposición del municipio y de eso no dice nada Porky; claro, si hasta el partido que él lidera es el partido de Castañeda y Comunicore, solo cambiaron de color, de amarillo a celeste.

Castañeda firmó acuerdos con Rutas de Lima para postergar el cobro de los peajes del Chillón, en junio de 2016, y por eso nos ganaron en 2022 un arbitraje por 230 millones de soles, y después de su última bravata, ahora solo le queda a Porky suplicar algún acuerdo concertado. Todo un papelón.

Él sabía que los contratos se respetan y teníamos todas las de perder en el CIADI, por eso ahora reculó en su pretensión. Además se dio cuenta de que Hacienda nunca va a financiar sus arrebatos. Todo un farsante.

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