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[Opinión] Richard Arce: Liberen al kraken
Resulta paradójico que, en circunstancias de exposición de delitos de corrupción de la familia del presidente, se tenga la liberación anticipada de Antauro Humala, por redención de una sentencia a 19 años de prisión, por cinco delitos cometidos en el ‘Andahuaylazo’.
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Resulta paradójico que, en circunstancias de exposición de delitos de corrupción de la familia del presidente, se tenga la liberación anticipada de Antauro Humala, por redención de una sentencia a 19 años de prisión, por cinco delitos cometidos en el ‘Andahuaylazo’.
Analicemos, Antauro cumplió estrictamente el derecho que tiene cualquier reo de buscar reducir el periodo de sentencia mediante la figura de redención de pena, que consiste en realizar trabajo o estudio, verificados por las autoridades del establecimiento penitenciario, dependiendo de la pena.
Tenía sentencia por delitos de homicidio simple, daños agravados, sustracción de armas, rebelión y secuestro, como los delitos más graves; correspondiéndole el trabajo o estudio de siete días, intercambiado por un día de libertad. En consecuencia, acumuló 3,667 días, equivalentes a un año y siete meses de libertad; le correspondía salir todavía en julio pasado.
No se requiere una resolución judicial, el nuevo Código Penal establece el procedimiento y las facilidades que se le dan al presidiario para armar el expediente.
Con estas precisiones objetivas, es innegable recordar que en política no existen coincidencias, y la sospecha es por la dependencia del INPE al Ministerio de Justicia, que tiene a Félix Chero como un entusiasta defensor incondicional de Castillo.
Mi opinión es que, en Palacio, han visto una oportunidad –es una promesa de campaña– en la liberación de Antauro. Por lo que facilitaron las condiciones para que se dé el hecho político, para reorientar la corriente de opinión, ante el eminente pedido de la Fiscalía de prisión preventiva del entorno familiar del presidente. Pero están jugando con fuego.
Una especie de “liberen al Kraken”, pero seamos inteligentes, no abonemos a crear el mito y menos caigamos en el juego del gobierno que busca polarizar al país, para confrontarnos con un personaje cuestionado. Además, recuerden que ya conocemos quiénes son los Humala y dónde terminaron sus delirios.
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