Foto: AFP.
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Los sorprendentes resultados electorales en Argentina, literalmente, han alborotado el gallinero, pero no en Buenos Aires, sino en Lima. Vean nomás las reacciones viscerales en redes sociales de los sectores de extrema derecha, que inclusive insinúan fraude, recordándonos la segunda vuelta de 2021, donde con el cuento de fraude, facilitaron la narrativa de victimización del expresidente Castillo y lo empoderaron para que las mafias que tenía de corifeos se encumbren en el poder con otros intereses nada santos.

El ridículo ha llegado no solo con los comentarios altisonantes de varios conspicuos representantes de la llamada DBA, sino con el viaje de la congresista Chirinos a Argentina —esperemos que no lo haya hecho con dinero público—, quién además no se cansaba de difundir sus ‘selfis’, dizque desde el comando de campaña de Milei y además aduciendo que ganaban en primera vuelta. Al final el resultado electoral los ha dejado con los crespos hechos y ahora con la incertidumbre que significa el balotaje de una segunda vuelta.

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Más allá del folclore y las reacciones delirantes en el Perú de los fervientes simpatizantes del partido de “La Libertad Avanza” de Milei, es importante analizar este fenómeno y el contexto de unas elecciones presidenciales tan singulares, que ha puesto sorpresivamente en el primer lugar al ministro de Economía del kirchnerismo, Sergio Massa, que por cierto ha llevado a Argentina a esta profunda crisis económica, con una inflación galopante y una devaluación del peso que afecta seriamente a la población, sobre todo los sectores pauperizados, que representan casi 50% del país.

¿Qué paso entonces? A priori, el principal problema que tiene Milei es él mismo. No logró el éxito que tuvo en las primarias y ahora fue rebasado del primer lugar de la votación. Milei, más allá del discurso disruptivo y contestatario, genera incertidumbre y divide el país, por lo que ahora se ve en una encrucijada, pues está obligado a virar en su discurso y tratar de tender puntos de consenso con el que llama “la casta” despectivamente, para tentar ganar el balotaje.

Otro factor determinante en Argentina es el poder que tiene el peronismo, que todavía decide elecciones, porque está vigente y puede movilizar a un sector importante de la población, es el realpolitik desde hace 70 años.

En perspectiva, es muy difícil que Milei gane las elecciones, porque deberá recular y tender la mano a los que antes insultaba y denostaba, para lograr una alianza que le permita llegar al gobierno. Paradójica es la vida política y más si es Argentina.

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Aníbal Cantarian de Ipsos Argentina sobre las elecciones