"Aquí el jalón de orejas es para el JNE y el Jurado Electoral Especial del Cusco, que permitieron su inscripción como candidato, nunca debió de haber postulado estaba impedido de hacerlo por su omisión de información..." (Foto: GEC)
"Aquí el jalón de orejas es para el JNE y el Jurado Electoral Especial del Cusco, que permitieron su inscripción como candidato, nunca debió de haber postulado estaba impedido de hacerlo por su omisión de información..." (Foto: GEC)

El peligro de mantener en la presidencia del Congreso a un hombre sin escrúpulos como Alejandro Soto, rebasa el sentido común y atenta los valores que cimienta nuestra República y la democracia; porque no podemos mantener en un cargo de tanta importancia a un truhan.

MIRA: [OPINIÓN] Richard Arce: “Cortinas de humo”

Ya no son simples sindicaciones, sobre los cuestionamientos que tiene Alejandro Soto, hay evidencias irrefutables en los procesos judiciales en los que ha estado incriminado, que lo desacreditan para ostentar tan alto cargo público de representación.Lo que sorprende es que hasta hoy ningún congresista ha hecho suya esta preocupación; basta de tanta ignominia, es momento que se presente una moción de censura y en conjunto a toda la Mesa Directiva, por corresponsables de haber presentado una plancha con impresentables, es un deber insoslayable, para cuidar la integridad y el honor del país.

Y ha estado eludiendo a la justicia por estratagemas y leguleyadas, que llega al extremo de utilizar su propio cargo de congresista para que se apruebe una Ley, con nombre propio, sobre la prescripción para que salga impune de las evidencias que la Fiscalía y los denunciantes demostraron en un proceso por estafa, un delito grave y vergonzoso, para una alta autoridad.

Ahora nos damos con la sorpresa de que también mintió en su declaración jurada de hoja de vida, que obliga a todo candidato a informar con la verdad, y aprovechando los resquicios que hay en los sistemas de información no declaró que tenía que pagar una reparación civil, de un juicio que había perdido por difamación y que además es causal de retiro de cualquier candidato.

Aquí el jalón de orejas es para el JNE y el Jurado Electoral Especial del Cusco, que permitieron su inscripción como candidato, nunca debió de haber postulado estaba impedido de hacerlo por su omisión de información. Sorprende que haya casos donde las entidades electorales son condescendientes con este tipo de personajes, pero en otros son hasta draconianos en sus decisiones cuando imparten justicia electoral, que tantas veces perjudica candidatos. Si no lo sabré que he vivido en carne propia sus arbitrariedades.

El peligro para el país es que en esta coyuntura de crisis política y con la precariedad del Gobierno, en cualquier momento este sujeto podría convertirse en presidente y no lo duden que exigiría como derecho la sucesión de mando.

Lo que sorprende es que hasta hoy ningún congresista ha hecho suya esta preocupación; basta de tanta ignominia, es momento que se presente una moción de censura y en conjunto a toda la Mesa Directiva, por corresponsables de haber presentado una plancha con impresentables. Es un deber insoslayable, para cuidar la integridad y el honor del país.

VIDEO RECOMENDADO

Cecilia Valenzuela invita a leer el suplemento por los 483 años de Arequipa