Delegación de la CIDH que visitó el Perú: María Claudia Pulido, Joel Hernández, Stuardo Ralón y Pedro Vaca. Foto: Andina
Delegación de la CIDH que visitó el Perú: María Claudia Pulido, Joel Hernández, Stuardo Ralón y Pedro Vaca. Foto: Andina

Es revelador el informe de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos sobre la situación de derechos humanos en el Perú, en referencia a la conflictividad social que se ha vivido.

En las conclusiones presentadas enumeran una serie de hechos relacionados a la violación de derechos humanos de las víctimas de la conflictividad, resaltando los casos de Ayacucho y Juliaca, donde recomienda la necesidad de garantizar las investigaciones fiscales y la sanción correspondiente a los responsables.

El informe no incluye los otros hechos acontecidos, como los casos sensibles de fallecidos a consecuencia de la conflictividad, el bloqueo de las carreteras, el enfrentamiento violento y los atentados a los activos estratégicos del país. Esperamos que estas omisiones sean consideradas en una investigación exhaustiva del sistema de justicia.

Resaltemos que en el informe de la CIDH se hace un reconocimiento explícito a la institucionalidad que hay en el Perú, al sistema de justicia que garantiza la investigación de estos casos de violaciones a los derechos humanos; además valora la buena predisposición que las autoridades han tenido con la CIDH para que recopile información. Esto diferencia claramente con otros regímenes que son dictaduras en la región.

Otro aspecto importante del informe de la CIDH es el reconocimiento expreso al intento de golpe de Estado de Pedro Castillo, condenando la irrupción en nuestro sistema democrático. Con ello, esperemos que quede zanjada esta elucubración que ha servido de pretexto para construir una historia paralela, victimizando a Castillo desde la extrema izquierda, teniendo a los presidentes de Colombia y México como caja de resonancia de esta infamia.

Es importante tomar en consideración las recomendaciones de la CIDH para buscar justicia para las víctimas. Son decenas de familias enlutadas en el país y es oportuno salir de esta polarización que nos lleva a una defensa apasionada de los intereses de grupo, sobre todo de los extremos, que tienen inclusive expresiones irracionales como la del alcalde de Lima, que se dedica a denostar a la CIDH, mostrando ignorancia supina.

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