[Opinión] Richard Arce: “El corrupto Vladimir Cerrón”

Actualizado el 09/02/2023, 07:00 a.m.

Una nueva sentencia por corrupción se ha dictado en contra del exgobernador regional de Junín, Vladimir Cerrón, líder y pensamiento guía de Perú Libre, el partido que llevó al poder a Pedro Castillo. Además, recuerden que fue el segundo vicepresidente de esa plancha presidencial y, paradójicamente, en esta crisis política estaría calentando motores para asumir la presidencia.

Son de público conocimiento las diferencias que tenemos. No de ahora, sino desde hace unos años que vengo enrostrándole sus actos de corrupción y su doble rasero. Cerrón fue denunciado en su momento por el excongresista Mario Cancio, en una lucha solitaria frente a la corrupción, hasta el día de su muerte. Y fue por eso que después tomé la posta.

Nuestras diferencias son irreconciliables, más allá del debate público que enriquece las apreciaciones que se pueden tener en visiones distintas de izquierda que ambos representamos. Además, hay un video, hecho viral en redes sociales, de un debate público en RPP, en el año 2019, donde expresamos nuestras posiciones y de manera alturada defendimos nuestras visiones de la izquierda.

Se pueden aceptar los delirios de poder de Cerrón, hasta sus postulados de una izquierda anacrónica y que tiene posiciones radicales, sobre la conquista del poder y la dictadura del proletariado, que lo interpreta desde una lógica decimonónica, de los albores del marxismo, por cierto, fracasadas; pero es imposible ser condescendiente con la corrupción. Y para Cerrón ha sido su marca indeleble durante su paso por el gobierno regional. Pero no queda ahí, sus secuaces de Perú Libre, que también asumieron alcaldías, están en cárcel o investigados por actos de corrupción.

Cerrón ahora es sentenciado a cuatro años de cárcel por delito de colusión por el caso del Aeródromo Wanka y al pago de una reparación civil de más de dos millones de soles.

En realidad, tiene muchas cuentas por rendir a la justicia, con nueve procesos en marcha, donde él es sindicado hasta como líder de una organización criminal que involucra a su propio partido. Una vergüenza para la izquierda y para los provincianos.