La Junta de Portavoces aprobó la nueva distribución de las comisiones entre las distintas bancadas políticas. (Foto: Congreso de la República)
La Junta de Portavoces aprobó la nueva distribución de las comisiones entre las distintas bancadas políticas. (Foto: Congreso de la República)

En el Congreso, cual mercado persa, se han ofrecido al mejor postor las presidencias de las comisiones sin siquiera respetar los procedimientos parlamentarios propios de este periodo para la conformación de las 24 comisiones ordinarias, que se realizaban con fórmula matemática en proporción a la cantidad de congresistas que integran las bancadas.

Han aprovechado la atomización de minibancadas, sobre todo después de la división de los bloques de izquierda que han conformado una cantidad impresionante de grupos que hacen hasta ingobernable el Parlamento.

Aquí han primado el negociado y la pelea por la tajada de la torta; no importa si la bancada no tiene los congresistas idóneos para asumir las presidencias de las comisiones, lo que importa es la cuota de poder, una especie de pequeño feudo en el que se han convertido las comisiones para contratar el personal que se les venga en gana y hasta disponer los presupuestos de funcionamiento del Legislativo.

Pero probablemente hay otros intereses subrepticios para tener el control de una comisión: atender desde ahí los compromisos de campaña, los negociados y, quién sabe, direccionar el poder de legislar para favores e intereses particulares.

Perú Libre tiene el control de las comisiones de Fiscalización y Justicia, es decir, va a ser el responsable de modificar las leyes y normas del Código Penal, con lo cual estaría buscando impunidad frente a las serias investigaciones que tienen en marcha y que incluyen procesos que comprometen a la familia Cerrón y a tanto alcalde corrupto que han tenido en la región Junín.

De la misma manera, el fujimorismo tiene el control de las comisiones de Constitución y Economía para seguir direccionando la agenda política del país y, quién sabe, seguir arremetiendo en contra de la institucionalidad cuando pretenden irrumpir en los fueros de los entes electorales. Avisados estamos.

Como premio consuelo le han entregado a Somos Perú la emblemática Comisión de Presupuesto y son evidentes los intereses que se estarían generando para direccionar presupuesto.

Los que salieron perdiendo todo son los últimos disidentes de Perú Libre, a quienes como castigo no les han querido dar ni una sola comisión para esta legislatura. El Congreso convertido en un mercado persa para desgracia del país.

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