[Opinión] Rafael Belaunde Aubry: “Aislamiento inmerecido”

Loreto satisface sus necesidades de energía eléctrica casi exclusivamente mediante la combustión de petróleo. Su capital, Iquitos, es una de las pocas ciudades del planeta que, contando con más de 500,000 habitantes, carece de conexión a una red de transmisión terrestre. Yurimaguas, gracias a su cercanía a Tarapoto, es la única ciudad del departamento interconectada a la red nacional. Como se sabe, la red interconectada nacional se abastece de energía generada por centrales térmicas a gas y por hidroeléctricas. Hasta ahora, la desconexión loretana la ha obligado a depender de energías sucias, a pesar de ser el centro de la biodiversidad planetaria.

Debido a que el territorio amazónico en las inmediaciones de Iquitos, así como de Caballococha, Nauta, Requena, Orellana y Contamana, es marcadamente plano y casi horizontal, las posibilidades de aprovechamiento hidráulico son remotas.

Para el caso de Iquitos, existe un proyecto de aprovechamiento energético a partir de las aguas del río Napo, pero la caída sería solo de seis metros y los canales de derivación tendrían que ser enormes y muy extensos.

Contamana y tal vez Requena podrían utilizar caídas de agua moderadas aprovechando las que discurren por la escarpa topográfica conocida como Sierra del Divisor, pero eso implicaría intervenir áreas remotas y protegidas. Además, solo se resolvería una pequeña parte del problema.

Por las consideraciones expuestas, quedan solo dos opciones para revertir las carencias energéticas de Loreto: la interconexión y el desarrollo de energías alternativas.

Una ruta potencial de interconexión tendría que partir de Yurimaguas para alcanzar Nauta atravesando la reserva pantanosa de Pacaya-Samiria, alternativa ambientalmente conflictiva y técnicamente difícil. La otra opción consistiría en llevar la línea de transmisión desde Tarapoto a Chazuta y a Orellana, y desde allí extenderla por la margen del Ucayali hasta Requena, Nauta e Iquitos, aprovechando que ese río es la principal vía de transporte del departamento, lo que facilitaría la logística para su tendido, el mismo que implicaría unos 500 kilómetros de cableado de alta tensión.

Para resolver las carencias de Contamana y de Caballococha, dadas sus modestas demandas energéticas, debería apelarse a la instalación de paneles fotovoltaicos. Eso implica una mayor inversión por megavatio que una línea de transmisión, pero evita el tendido de la misma. La cercanía de las poblaciones loretanas al paralelo ecuatorial es un factor positivo para el aprovechamiento de la energía solar porque la disminución de la intensidad de la insolación durante los meses de invierno es casi imperceptible, a diferencia de lo que sucede en las áreas geográficas alejadas de ese paralelo.

Hay múltiples muestras que atestiguan los históricos aportes de Loreto a la economía nacional: la bonanza generada por la explotación del caucho a fines del siglo XIX y principios del XX, por ejemplo. En la década del 70, la región de Andoas proveyó al país de una fuente de petróleo que duró décadas. Durante todo el siglo XX, Loreto se constituyó en el centro maderero del país. En el campo de la consolidación de la nacionalidad, Loreto también ha aportado con generosidad: en 1932, compatriotas loretanos, imbuidos de amor y lealtad por el Perú, ante la indolencia del Gobierno central, conformaron la Junta Patriótica Nacional para intentar recuperar Leticia, loable esfuerzo que desafortunadamente resultó infructuoso. Finalmente, Loreto constituye un bastión de la fotosíntesis planetaria y una refinería atmosférica, pues su inmensa biomasa absorbe dióxido de carbono y libera oxígeno para beneficio del planeta entero. Loreto, pues, nos ha dado mucho y esa generosidad no ha sido adecuadamente retribuida.

Urge revertir el aislamiento energético de ese departamento. El más elemental principio de reciprocidad obliga al Estado peruano a elevarse a la altura del patriotismo loretano para abatir una de las causas de su inaceptable subdesarrollo. Desterremos de una vez por todas la irresponsabilidad, la ceguera histórica y la indolencia de los gobiernos centralistas y frívolos dotando a Loreto de la energía suficiente para derrotar a la pobreza.