/getHTML/media/1229195
Cherman: "Quien me quiebra el lado patriótico fue Juan Acevedo con Paco Yunque"
/getHTML/media/1229190
Marco Poma CEO de Tkambio: "Perú está atrasado en materia de 'open banking'"
/getHTML/media/1229170
Percy Medina por nueva Mesa Directiva: "Tenemos que estar vigilantes"
/getHTML/media/1229169
Carlos Basombrío: "La lista que salga será más de lo mismo"
/getHTML/media/1228869
Iván Arenas: "Hay riesgos si APP asume Mesa Directiva"
PUBLICIDAD

[OPINIÓN] Mauricio Aguirre: “Más poder”

Si fuera una función de circo, quizá sería una buena ocasión para reírnos un poco, sobre todo por las bromas de los payasos.

Imagen
[OPINIÓN] Mauricio Aguirre: “Más poder”
Fecha Actualización
La Junta Nacional de Justicia es hoy un botín de guerra. En unos días, el Congreso decidirá si manda a su casa a sus integrantes. Una cantaleta que lleva varios meses y que los propios interesados buscan que sea una confrontación entre buenos y malos. Dependiendo de qué lado uno se coloque, será bueno o será malo. En verdad, se trata de un enfrentamiento que da para todos los gustos.
Si fuera una función de circo, quizá sería una buena ocasión para reírnos un poco, sobre todo por las bromas de los payasos. Pero no es algo para reírse. Es algo serio, importante, preocupante, y quizá hasta muy triste.
Y es que la disputa por la Junta Nacional de Justicia representa todo lo malo que nos está pasando. Una lucha intestina que se reactivó tras la suspensión de la fiscal Patricia Benavides, decisión que hizo que a muchos se les viera el fustán que hasta entonces habían mantenido discretamente cubierto.
Es que, para los intereses de algunos, tener el control del Ministerio Público hacía un equilibrio respecto de una Junta manejada por el que consideran el lado contrario. No tener la Fiscalía de la Nación encendió una luz roja que hizo que los modales queden de lado. Guardar las formas dejó de ser una posibilidad. Si no tengo uno, debo tomar o descabezar el otro.
La verdad es que aquí no hay ni buenos ni malos, pero sí muchos irresponsables y angurrientos. Disfrazados con el traje de la honestidad y la decencia, no se busca tener mejores instituciones, gente capaz dirigiendo instituciones. Se trata, simplemente, de buscar colocar a quienes sean funcionales a sus intereses con el único objetivo de tener más poder.
Son muchos los que nos quieren vender el cuento de la superioridad moral, pero son pocos los que realmente están preocupados por construir mejores instituciones. Es hora de menos circo y más decencia.
TAGS RELACIONADOS