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[Opinión] Mario Guerrero: “Lima, limón”
“Urge acelerar los trabajos de prevención y asegurar una eficiente ejecución de las medidas que están en el presupuesto”.
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La subida del precio del limón en los mercados de Lima Metropolitana explicó la mitad de la inflación de agosto, según el INEI. Y no fue lo único. Si a ello agregamos el alza en el precio de la cebolla, entre ambos productos explican tres cuartas partes de la inflación total del mes, contrarrestando el impacto del retroceso de los precios avícolas, que cuentan con un alto peso dentro de la canasta de consumo.
Las condiciones climáticas adversas han continuado afectando los precios de algunos productos perecibles, principalmente los cítricos y hortalizas, consecuencia de la presencia de El Niño Costero (lluvias y altas temperaturas en el norte del país), declarado por las autoridades desde marzo, y de El Niño Global (sequía en el sur), declarado desde junio, lo que afectó el volumen de oferta de los productos. A los problemas con la producción se agregan también problemas con el transporte, pues el número de vías con tránsito restringido ha seguido en aumento y casi se ha duplicado, pasando de un promedio de 24 vías en julio a 42 vías en agosto, según Sutran.
Esto provocó que la inflación de agosto sea similar a la de julio, la cual es usualmente alta por factores estacionales. La dinámica de los precios al interior de la canasta básica muestra que la desaceleración de la inflación sigue siendo estructuralmente lenta. Por ejemplo, la trayectoria de la inflación sin alimentos y energía, conocida como inflación subyacente —medida clave para las decisiones de política monetaria—, pasó de un ritmo anual de 3.9% en julio a 3.8% en agosto. Desacelera, pero a un ritmo lento.
A diferencia del año pasado, esta vez las presiones sobre los costos han disminuido. La inflación mayorista se mantuvo baja, con variaciones interanuales en territorio negativo, aunque dejó de caer, principalmente, por la recuperación del tipo de cambio, que en agosto subió 3% en promedio.
Las probabilidades de El Niño Costero y Global han ido en aumento de cara al próximo verano, pero lo más preocupante es que, hasta la lectura anterior (11 de agosto), lo más probable era un escenario débil a moderado para El Niño Costero. La última lectura (31 de agosto) hace más probable un escenario moderado a fuerte, lo que podría complicar aún más las cosas en materia de producción y precios. Urge acelerar los trabajos de prevención y asegurar una eficiente ejecución de las medidas consignadas en el presupuesto público para 2024, de modo que se puedan mitigar efectos adicionales de El Niño.
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