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[Opinión] Mariana Alegre: “Sobre el mall y el mal”
“Por ello, los malls y otros espacios comerciales son los que atienden la necesidad de socialización, encuentro y diversión”.
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Ha sido revelador ver en redes sociales cómo personas mal educadas e ignorantes se han comportado horriblemente en relación a los sucesos ocurridos en el Mall Aventura Plaza. No, no me refiero a quienes fueron al centro comercial el día de la inauguración y fueron parte del descontrol que se pudo ver en los videos, sino de todas aquellas personas que han hecho comentarios racistas y clasistas. Comentarios de menosprecio, como “son animales”, o de superioridad, cómo “no merecen que les pongan un mall”, y que demuestran que la falta de educación que ellos argumentan, en realidad, está en su propia casa. Muy mal.
Pero, ahora sí, ¿qué pasó el día de la inauguración del centro comercial y cuáles son las razones para tamaño desborde? Primero, debemos indicar la enorme expectativa que generan algunas inauguraciones y cómo, lamentablemente, el consumismo excesivo produce situaciones similares. Son famosos los desmanes que ocurren en el Black Friday en Estados Unidos, en las inauguraciones de tiendas grandes o en los lanzamientos del último modelo de alguna marca de celular. Por ello, la afluencia excesiva que convocó este evento.
Sin embargo, otro factor fue la desesperación con la que la gente quería asistir al centro comercial. Esto nos demuestra la ausencia de una diversa oferta recreativa y cultural en la ciudad. Por ello, los malls y otros espacios comerciales son los que atienden la necesidad de socialización, encuentro y diversión. Más aún, los pocos espacios públicos, parques y áreas verdes existentes no suelen ser de calidad y, en su mayoría, ni siquiera hay. En un reporte de Ojo Público, San Juan de Lurigancho registró solo 1.4 metros cuadrados de áreas de esparcimiento y solo el 3.2% del área urbana del distrito corresponde a espacios públicos o áreas verdes.
Por último, el maltrato a la infraestructura o el mal uso de la misma que se evidenció en los videos también nos deben hacer pensar en cómo los ciudadanos nos relacionamos con el equipamiento y los bienes que tenemos a nuestro servicio. Es usual que, en los espacios urbanos, haya descuido y maltrato, y vemos cómo eso ocurre también en entornos privados (y con mayor diseño y control). Habitar nuestra ciudad requiere también el cumplimiento de deberes y hace falta trabajar mucho en fortalecer nuestro civismo.
En las encuestas Lima Cómo Vamos preguntamos cuáles actividades se han realizado en los últimos doce meses y la mayoría indica “ir al centro comercial” por encima de “ir a los parques”. La ausencia de una cultura cívica y de un desarrollo urbano sostenible nos convierte solo en consumidores y olvidamos que, en verdad, somos ciudadanos.
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