LDU alcanzó su quinta estrella internacional.
LDU alcanzó su quinta estrella internacional.

Tras un partido de trámite intenso y —sinceramente— con una mejor propuesta de parte del equipo brasilero, la final de la copa Conmebol tuvo un nuevo campeón: LDU de Quito.

Fortaleza tuvo la forma y la intención, pero no le alcanzó con eso para consolidar en el marcador lo más importante del juego: el resultado.

Los primeros 95 minutos se disputaron con propuestas muy claras. LDU defendiendo con propiedad y buscando el ataque o contraataque. Así encontró su gol de empate. Sin embargo, queda claro ahora más que nunca que el VAR también se equivoca. Alzugaray realiza una gran jugada que termina en un golazo, pero… existe en esta acción una falta clarísima de este mismo jugador contra el lateral brasilero. Lo ve el árbitro auxiliar. Y, ante la duda, el principal convalida el gol cuando debió anularlo por evidente falta previa.

Luego llegaron los nervios de acero y músculos de plomo a merced del suplementario. La continuidad del empate nos llevó a los penales. Es admirable, a propósito del tema del “recambio generacional” sobre la mesa, cómo nuestro capitán Paolo Guerrero jugó los dos tiempos, los suplementarios y los penales, así haya errado. Eso es vigencia y calidad.

Hay que saludar y felicitar al equipo campeón. Los jugadores profesionales del LDU de Quito han logrado alcanzar esa sonrisa entre ellos y su hinchada que tanto se busca a través de esa sacrificada profesión. La imagen del llanto de los campeones contrastaba con la realidad detrás del logro, sacrificio y disciplina. El portero Alexander Domínguez se consagró en una final. Es un gran esfuerzo que lideran el técnico Zubeldía y su comando. Cuando hay un plan para ganar, se gana.

¿Fortaleza jugó mejor? Sí, definitivamente. Pero, una vez más, no siempre gana el que juega mejor. La conclusión es irrefutable: así es el fútbol.