"Lamentablemente, solo nos queda permitir que esta empresa pública nos siga parasitando..."
"Lamentablemente, solo nos queda permitir que esta empresa pública nos siga parasitando..."

La ignorancia más absoluta, una ambición desmedida y la falta de escrúpulos de este gobierno explican por qué un sujeto como Hugo Chávez Arévalo logró tomar el control de , y sus US$7,400 millones de deuda, con el objetivo de rapiñar tanto como sea posible a esa ineficiente y corrupta empresa estatal.

El escándalo por la compra irregular de biodiésel a Heaven Petroleum, empresa de Samir Abudayeh que generó un perjuicio de US$2 millones a Petroperú (según la CGR), y la negativa de PwC de auditar los estados financieros bajo una nada convencional cláusula de confidencialidad, fue suficiente para que Fitch Rating degrade la calificación crediticia de la petrolera.

La consecuencia inmediata fue el cierre de las líneas de crédito, lo que le generó un problema muy serio a Petroperú: ¿cómo seguir importando el combustible necesario para abastecer al 40% de la demanda nacional si los vendedores exigen el pago al contado y no se tiene liquidez?

Como no podía ser de otra manera, antes de que la inexorable quiebra de Petroperú se materialice, el Ministerio de Economía y Finanzas le volvió a extender la chequera, acumulando un total de US$2,200 millones en rescates en lo que va del año. Una delicadeza, cortesía de todos los peruanos.

Lamentablemente, solo nos queda permitir que esta empresa pública nos siga parasitando; ya que dejarla quebrar implicaría una escasez inmediata de combustible, lo que haría que su precio se dispare, elevando así los costos de transporte y logrando que la inflación pulverice los bolsillos de las familias peruanas.

Este caso, por sí solo, debería ser suficiente para hacer reflexionar a aquellos peruanos que todavía consideran que promover la creación de empresas públicas es una buena idea. Si con esto no se aprende, con nada se aprenderá.