“El problema con esta improvisada medida no es solo la inconstitucionalidad, sino el duro golpe que se lleva la economía familiar. Solo en Lima y Callao hay más de 3 millones de peruanos cuyo sustento depende del día a día”. | Foto: Bryan Albornoz / El Comercio
“El problema con esta improvisada medida no es solo la inconstitucionalidad, sino el duro golpe que se lleva la economía familiar. Solo en Lima y Callao hay más de 3 millones de peruanos cuyo sustento depende del día a día”. | Foto: Bryan Albornoz / El Comercio

A 20 minutos de terminar el lunes, mientras el país descansaba, el presidente Castillo anunció un toque de queda de casi un día, con solo dos horas de anticipación. El Consejo de Ministros justificó la suspensión de varios derechos constitucionales como ‘respuesta’ a las diversas protestas sociales, iniciadas con el paro de transportistas.

El problema con esta improvisada medida no es solo la inconstitucionalidad, sino el duro golpe que se lleva la economía familiar. Solo en Lima y Callao hay más de 3 millones de peruanos cuyo sustento depende del día a día y, a nivel nacional, la mitad de las familias no tiene una refrigeradora en el hogar (ENAHO-INEI), con lo que “encerrarse un día nomás” no es tan sencillo como cree el ministro de Justicia.

Además, considerando que aún no hay una recuperación de la destrucción de empleos generada en la pandemia y que el poder adquisitivo de las familias se ha desplomado porque la inflación de los alimentos y bebidas supera el 10% anual (BCRP); es obvio que para muchos peruanos parar un solo día es devastador.

A nivel agregado, la cosa pinta igual de mal, porque se estima que un día de toque de queda en Lima y Callao cuesta S/1,000 millones de crecimiento y una pérdida fiscal diaria de S/300 millones. Ante este escenario, la estimación de crecimiento de 0% del PBI para este año del BCRP queda desfasada y va a ser imposible que se cumpla.

Si a esto le añadimos la inconsistencia de las políticas públicas, producto de los más de 50 ministros que han desfilado; los groseros indicios de corrupción que involucran incluso a familiares cercanos al presidente; la incompetencia absoluta para manejar la cosa pública y el inexistente respeto a las instituciones democráticas, es imposible no concluir que este gobierno debe dejar el poder de inmediato.

Es hora de que la oposición se muestre a la altura para hacer a un lado posiciones personales y partidistas y buscar acercarse a las bancadas que en su momento decidieron apoyar al oficialismo. Estos congresistas deben responder de la misma forma y distanciarse de este régimen, si no quieren pasar a la historia como parias despreciables.

TAGS RELACIONADOS