"El 2023 empieza mal para el Perú. Esto se debe a la reanudación de las protestas en las regiones del sur; motivadas por el fallido intento del golpe de estado de Pedro Castillo y las visitas azuzadoras de Evo Morales". (Foto: Juan Carlos CISNEROS / AFP)
"El 2023 empieza mal para el Perú. Esto se debe a la reanudación de las protestas en las regiones del sur; motivadas por el fallido intento del golpe de estado de Pedro Castillo y las visitas azuzadoras de Evo Morales". (Foto: Juan Carlos CISNEROS / AFP)

El 2023 empieza mal para el Perú. Esto se debe a la reanudación de las en las regiones del sur; motivadas por el fallido intento del golpe de estado de Pedro Castillo y las visitas azuzadoras de Evo Morales, quienes impulsan la “refundación del país”, un proyecto que va dejando un saldo de 17 fallecidos y más de 70 heridos en lo que va del año.

Entendamos ese “anhelo refundador” como el objetivo de un grupo izquierdista radical y extremista, que engaña vilmente a los más vulnerables con la falsa promesa de que una Asamblea Constituyente terminará con sus problemas. El detalle es que se busca que sean ellos, y no los dirigentes, quienes se inmolen en una lucha absurda contra nuestras fuerzas del orden.

Esos que mandan al matadero a gente inocente y genuinamente indignada, buscan tumbar el RE93; el cual, como bien lo explicó el exministro de Economía, Waldo Mendoza, (Gestión, 04/01/21), fue fundamental para promover mayor bienestar entre los peruanos, gracias al crecimiento económico, la inversión privada y la autonomía del BCRP.

Algunos dirán que la bonanza vivida en el país no llegó a quienes más lo necesitaban, lo cual es discutible. Sin embargo, la falta de progreso entre los peruanos más vulnerables no se debió al fracaso del régimen económico, que durante años garantizó que se invierta, se cree empleo y se recaude como nunca en la historia republicana.

Lo que falla no es otra cosa más que nuestra gestión pública porque recursos hay, solo faltan sesos para utilizarlos. Y no es necesario escarbar en la historia para entender esto. Basta con recordar las cuatro compras fallidas de urea en 2022 o la escasez de medicinas en los establecimientos del Minsa, pese a tener un presupuesto históricamente alto. Pretender que eso se solucionará con una nueva Constitución es de plano una estupidez.

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