[Opinión] Juan José García: “Capitalismo en el Altiplano”

En Perú, la inversión privada sigue en caída libre, acumulando tres trimestres consecutivos de contracción; registrando así el peor desempeño desde la Gran Recesión de 2009, sin considerar la pandemia. Esto significa que desde julio de 2022, se dejó de invertir US$2,200 millones en el país (BCRP).

Los responsables son, en primer lugar, Pedro Castillo y los delincuentes que llevó al Ejecutivo para robar y, en segundo, la amalgama de castillistas, mineros informales, colectiveros, filoterroristas y gente confundida que optó por tomar las calles y generar violencia para exigir la liberación y restitución del golpista.

¿Quién querría invertir e inmovilizar su capital por años en un país que puede paralizarse durante meses por el berrinche de un grupo de gente errática que no respeta a la Policía y tampoco tiene reparos en invadir ni destruir propiedad pública y privada?

Que los capitales nos eviten como leprosos no es casualidad. Sobre todo, si consideramos que hay muchos peruanos, particularmente en Puno, que no se cansan de exigir la expropiación de empresas extractivas. Según ellos, necesitamos ese tipo de ‘soberanía’ para emular el supuesto ‘milagro boliviano’ y así alcanzar el desarrollo.

Lo curioso es que esa ‘potencia’ del altiplano que tienen como referente, dio un giro de 180° en su política económica. De detestar los capitales extranjeros, pasaron a tenderles la alfombra roja: Arce anuncia concesiones a las estatales CITIC Group (China) y a Rosatom (Rusia) por US$1,400 millones para extraer litio. A pesar de que esas empresas son la chacra de dos dictaduras, el concepto es bueno. ¿Querrán imitar esto los puneños?

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