“Si nuestro propósito es tener una sociedad más justa para todos y todas, debemos esforzarnos en que las personas que dirigen las instituciones públicas tengan las capacidades para hacerlo".
“Si nuestro propósito es tener una sociedad más justa para todos y todas, debemos esforzarnos en que las personas que dirigen las instituciones públicas tengan las capacidades para hacerlo".

En los últimos tiempos, seguimos viviendo crisis políticas periódicas y vemos surgir propuestas para modificar la Constitución Política del Perú, así como las estructuras gubernamentales, tal como el caso del Congreso de la República, donde se propone volver a la bicameralidad. También se cuestiona el funcionamiento del poder ejecutivo, promoviendo la renuncia o el cambio continuo de autoridades por los indicios de corrupción o por transgredir las normas.

Surge entonces la pregunta: ¿es necesario hacer estos cambios o más bien fijarnos en la causa del problema? ¿Cuál es el perfil de las personas que dirigen y conforman estas instituciones? Por mucho que queramos modificar las estructuras, no lograremos que las instituciones sean eficientes si las personas no tienen las capacidades necesarias para poder realizarlas de manera idónea.

Si nuestro propósito es tener una sociedad más justa para todos y todas, debemos esforzarnos en que las personas que dirigen las instituciones públicas tengan las capacidades para hacerlo. Entonces, a corto plazo debemos impulsar que las instancias aseguren que el personal del sector público cuente con las habilidades y competencias necesarias para un mejor desarrollo.

Estas instancias deben ser las primeras en asegurarse de que los seleccionados para cubrir los puestos del Estado tengan como primer requisito el desarrollo de sus capacidades ciudadanas. Es decir, deben demostrar que han trabajado en favor del bien común y que han participado activamente en la vida en sociedad, contribuyendo a la construcción de una mejor comunidad.

No habrá mejora en el funcionamiento de nuestras instituciones estatales si no nos enfocamos en mejorar las capacidades ciudadanas de los que se encuentran dentro del servicio público. Actualmente, debemos impulsar el desarrollo de muchos de ellos, para que puedan escalar a posiciones donde puedan tener un mayor impacto.

Finalmente, a largo plazo es el sistema educativo quien debe poner énfasis en el desarrollo de las competencias ciudadanas y promover una sana convivencia, de tal manera que cada poblador actúe de manera activa en la construcción de una sociedad democrática y más justa.

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