[Opinión] Javier Alonso de Belaunde: Vencer a la muerte
[Opinión] Javier Alonso de Belaunde: Vencer a la muerte

Hace unos días se conmemoró el Día del Donante de Órganos. Las cifras del país son alarmantes. En 2020, solo hubo un donante por cada millón de personas (Red/Consejo Iberoamericano de Donación y Trasplante, 2021). Las ratios de Uruguay (18 p.m.p.), Brasil (14.2), Argentina (9.8), Chile (7.4) y Colombia (4.4) evidencian la gravedad de la situación. Esto tiene una consecuencia trágica. Un estudio del Congreso de 2018 encontró que anualmente mueren 700 pacientes esperando un trasplante. Son vidas que podrían haber sido salvadas. Hemos desarrollado la capacidad para realizar el procedimiento médico, pero no la solidaridad y empatía necesarios para que sea posible.

Perú tiene muy pocos donantes y una tasa de oposición alta de los familiares. Pese a que una persona puede haber declarado en su DNI la voluntad de donar sus órganos en caso de muerte, en 2/3 de los casos los deudos terminan oponiéndose, frustrando el trasplante (Minsa, 2022). Cunde la desinformación.

La última norma que se ocupó del problema y buscó revertirlo es del 2016. No lo logró. En el periodo de gobierno anterior, se aprobó un dictamen en la Comisión de Salud del Parlamento que quedó en nada. Por su parte, el Congreso actual no registra iniciativa alguna sobre el tema. Su indiferencia contrasta con la urgencia de los 5,766 pacientes que están en lista de espera por un trasplante.

No solo se necesita mejorar la legislación (tipo de consentimiento requerido y efectos). La experiencia comparada apunta a que lo primordial son las campañas continuas de concientización social, las conversaciones de los potenciales donantes con sus familiares para que respeten su voluntad, y el acompañamiento oportuno del personal sanitario. Es un tema de salud pública. Nadie está libre de necesitar en algún momento de su vida un trasplante. Sin una cultura general propicia al tema, este se vuelve impracticable.

Más allá del credo de cada uno, la donación de órganos ofrece una posibilidad para que, en el combate imposible, la vida triunfe sobre la muerte. “Como cuando vivías / Cantarás / Aunque no vuelvas”, decía Luis Hernández. Poeta y doctor.

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