[Opinión] Jaime Aguirre Guarderas: El mundo laboral en la era de tecnologías disruptivas

“El número de nuevos empleos será superior a los que se pierdan, como ha sido siempre en la historia de la humanidad”.
“El número de nuevos empleos será superior a los que se pierdan, como ha sido siempre en la historia de la humanidad”. (Foto: Pixabay)

Se pronostica que, para el año 2025, habrán desaparecido entre 85 millones y 100 millones. Para el 2030, se habrán perdido más de 400 millones, según McKinsey Global Institute. Para el 2035, el 40% de los trabajos actuales serán realizados por robots o sistemas de inteligencia artificial, según el experto Kai-Fu Lee.

Sin embargo, el número de nuevos empleos será superior a los que se pierdan, como ha sido siempre en la historia de la humanidad. En la revolución industrial, por ejemplo, se reemplazaron a los arrieros y herreros por los conductores de ferrocarriles, fabricantes de rieles y proveedores de carbón.

En el siglo XXI, la robotización permite que las empresas sean más productivas: los robots trabajan 24x7, no toman vacaciones, no se enferman, no cometen errores. El talento humano deberá transformarse para seguir aportando valor.

¿Qué pasará con quienes hacían las labores reemplazadas por máquinas? Si no se transforman o se reeducan, harán menos atractiva su empleabilidad. ¿Pero quién dará mantenimiento a los robots, los programará, producirá sus repuestos, hará sus diseños, proveerá la energía para hacerlos funcionar? Al crecer la población de robots, se demandará de manera creciente habilidades para asegurar el óptimo funcionamiento de este nuevo sistema productivo.

¿Qué deben hacer las empresas para sobrevivir y ser competitivas en medio de esta revolución? Aislarse del cambio en mercados competitivos hará que las empresas sean eliminadas por los rivales que sí se adaptaron. Los directorios y la alta gerencia deben abrazar el cambio e impulsar la adaptación de la tecnología y digitalización; a la robotización, el Internet de las cosas, machine learning e inteligencia artificial. Precisamente, el rol fiduciario de sostenibilidad a largo plazo de los directorios los llama a plasmar y ejecutar una visión que se anticipe a los cambios de la industria.

Con esta entrega cierro este ciclo de columnas en el diario Perú21. Agradezco a su directora, Cecilia Valenzuela, por la invitación que me hiciera hace tres años para plasmar en este espacio mis reflexiones sobre cómo navegar con éxito la era digital. Agradezco su lectoría y espero que hayan encontrado en este espacio algún valor en la discusión sobre la era revolucionaria que vivimos. Me tomo un receso y, espero, nos volveremos a encontrar.

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