[OPINIÓN] Iván Arenas: “El mundo emergente y popular y la ‘derecha’ peruana”. (Foto: AFP)
[OPINIÓN] Iván Arenas: “El mundo emergente y popular y la ‘derecha’ peruana”. (Foto: AFP)

El último triunfo de Kast y del Partido Republicano para la elección del Consejo Constitucional en Chile se expande por la región, y en las tiendas de la izquierda y la derecha peruana se empiezan a hacer análisis y cálculos. Una de las preguntas recurrentes entonces es por qué gana Kast de manera holgada en un país que hasta ayer nomás eligió a Boric de presidente.

No obstante de diversas aproximaciones, para el suscrito, el triunfo de Kast y el Partido Republicano se debe sobre todo a que ha sabido representar las demandas y necesidades del chileno de a pie. De allí sus holgados triunfos en Valparaíso, bastión zurdo, en las periferias más pobres de Santiago y en las regiones mapuches del sur. Hasta aquí no he dicho nada nuevo.

Ahora bien, a pesar de que todavía una componenda en un sector de la media, analistas y políticos tildan a Kast como de “extrema derecha”, de alguna manera solo un desconcertado podría creer que hay millones de chilenos fascistas o extremistas que eligen a un partido “nazi”. La victoria de Kast, entonces, es la construcción del antiestablishment, pero no desde las coordenadas de derecha clásica, tradicional ni de extrema derecha, como se le tilda, sino porque su partido y él saben expresar y representar políticamente el sentir del mundo popular chileno, del ciudadano común y silvestre.

Ahora bien, en el Perú sucede algo similar. Por ejemplo, ¿por qué una región capitalista como Puno vota a la izquierda casi siempre? Si lo interpretamos desde las coordenadas clásicas entonces los puneños son de izquierda. Pero, semejante apreciación es temeraria. Lo que sucede es que la izquierda de todos los colores ha sabido construir el antiestablishment y representar políticamente muy bien a los puneños emprendedores anti-Estado.

En el Perú, además, en las últimas décadas ha surgido a nivel nacional una nueva clase media, emergente y popular que a falta de representación política en los partidos de hoy, vota por la opción más cercana a sus intereses, demandas y aspiraciones, sean de izquierda o derecha. El detalle es que en este mundo popular existen instituciones conservadoras como la familia, el sentido del orden, los mercados populares o las tradiciones, que colisionan siempre con la élite del establishment y que en teoría políticamente deberían estar más cerca a la derecha.

Entonces, quien logre representar —ya sea desde la izquierda o la derecha para el análisis clásico— los intereses, demandas y aspiraciones de este mundo emergente y popular será la gran figura electoral de la próxima competencia presidencial.

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