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[OPINIÓN] Hernán Díaz: “Las paso, esa cosa rara”
Una etapa que ha abierto la cloaca como nunca. Una cloaca que, siendo visible para todos, solo una ínfima minoría está dispuesta a cerrar.
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Lo que más indignación genera es que cuando arranque el nefasto proceso pre-elección 2026 y nos encontremos con más de 30 seudopartidos en carrera y cada uno de ellos con impresentables o peores que los que hoy nos roban, aunque ellos digan que gobiernan, una gran mayoría de la población repetirá la cantaleta de que cómo es posible que en este país se permitan tantos partidos, tengamos una democracia (seguirán creyendo que existe) atomizada y, peor aún, cómo es posible que los partidos políticos (entes para ellos, totalmente ajenos) escojan a ese tipo de personas para postular. Y será tarde.
Habrá quien aún tenga ganas y energía para decirles que existía algo llamado las PASO, una cosa rara que permitía a ellos mismos decidir quiénes serían los candidatos de los partidos y que además reduciría el número de partidos en contienda. Una cosa rara de la que se enterarán cuando esta ya sea parte de la historia y que hubiera evitado que el declive acelerado del país se detenga y hasta se revierta para tomar un rumbo distinto, donde el balance de poderes, otra cosa rara e ininteligible, se recupere y quienes fueran elegidos, no pudieran hacer lo que les venga en gana, como hacen hoy.
No es difícil entender el nivel de ignorancia o la falta de educación o la distancia cultural de gran parte de la población si volteamos la mirada y revisamos, aunque sea someramente, la compleja historia republicana del Perú. Lo que está resultando para muchos un enigma universal, es poder darle respuesta al marasmo, la indiferencia y el egoísmo que se ha mostrado durante esta etapa pre y postCastillo.
Una etapa que ha abierto la cloaca como nunca. Una cloaca que, siendo visible para todos, solo una ínfima minoría está dispuesta a cerrar. Se ha demostrado que la gente prefiere salir de casa e ir al trabajo, esquivando ratas y sorteando mugre, antes que detenerse cinco minutos para, entre todos, cargar la tapa del buzón, y cerrar esta mugrosa alcantarilla. Un entre todos que, a la luz de los hechos, es ya una utopía.
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