(Foto: Twitter/Conmebol)
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Hace muchos años que se escucha en los aficionados –particularmente del fútbol– un viejo canto que dice: “La copa se mira, pero no se toca”. Y por los pésimos resultados en los últimos años de nuestros clubes, en Copa Libertadores y Copa Sudamericana, este viejo refrán va quedando desfasado ante uno más doloroso, que se instala en los sufridos hinchas peruanos y que ahora dice: “Ya la copa ni se mira, y menos se toca”.

Después de ver los resultados obtenidos por Cristal y la ‘U’ en la Libertadores, no queda nada para el festejo: los celestes, de 4 cotejos jugados, perdieron 3, siendo locales en 2 de ellos, además de tener un solo gol anotado. Mientras los cremas, con la misma cantidad de partidos, sucumbieron también en 3, convirtiendo 3 goles y en 2 encuentros (ante el argentino Defensa y Justica en Lima y el ecuatoriano Independiente del Valle en Quito) no realizaron siquiera un disparo directo a puerta.

Por eso, creemos que la FPF debe salir de su zona de confort y hacer algo para levantar el pobrísimo nivel del fútbol peruano, para así tratar de librarnos de más papelones internacionales. Semanas atrás escribíamos que el torneo local adolece de profundidad, dinamismo y exigencia. Hoy se precisa cambiar muchas cosas desde las bases, urge una mayor y mejor planificación, trabajar seriamente con menores, con más inversión en canchas y con mejores entrenadores. Asimismo, coordinar el trabajo de los clubes profesionales, que no solo clasifiquen a las copas, sino que las miren con codicia y las disputen de verdad, que no solo se contenten con cobrar el dinero por participar. Igual, poner algunos requisitos a la calidad de los futbolistas foráneos que llegan a nuestras ligas, lo mismo con los entrenadores. El que llega debe sumar y enriquecer con su aporte y conocimientos. La misma demanda con los profesionales locales.

Son muchas las tareas pendientes, aunque es muy fácil seguir así, en la zona cómoda en la que parece instalada la FPF y los clubes profesionales. No debemos conformarnos con escuchar a nuestros mejores entrenadores decir reiteradamente luego de perder: “Estamos en el camino correcto”, o también: “Estoy orgulloso de lo que hemos hecho. Ha sido una buena presentación sin gol, que es otra cosa”. Eso es casi como escuchar a un entrenador de basquetbol decir: “Jugamos bien, solo nos faltó meter las canastas”. Por favor, seamos sensatos y cambiemos el chip. Salvo mejor parecer.


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Max Hernández
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