Sin duda, el importante avance del comercio electrónico en el país, que se aceleró con la pandemia del COVID-19, ha abierto una nueva puerta para el desarrollo de muchos emprendedores, y se convierte en una alternativa más para competir, rompiendo las barreras geográficas y disminuyendo significativamente los costos que implica tener una tienda física tradicional; por ejemplo, los pagos de alquiler y mantenimiento, contratación de personal, entre otros gastos operativos. No en vano, el Perú encabeza, con un 87%, la lista de crecimiento y desarrollo de e-commerce en Latinoamérica de 2022, según un estudio de Euromonitor Internacional.