“Nos retó a ser más optimistas y ambiciosos para consolidar las reformas económicas y fortalecer nuestra infraestructura y educación”.  (Foto: Lampadia)
“Nos retó a ser más optimistas y ambiciosos para consolidar las reformas económicas y fortalecer nuestra infraestructura y educación”. (Foto: Lampadia)

Hace unos días falleció Alberto Verme, gran persona y amigo, un titán de las finanzas como lo describió la CEO de Citigroup. Alberto no solo era un banquero excepcional, sin temor a equivocarme el peruano más exitoso en la banca de inversión, sino un gran apasionado y amante del Perú. No veo mejor manera de homenajearlo que rememorar la excelente presentación que hizo en la CADE de 2015. La conferencia era electoral ya que al año siguiente teníamos elecciones nacionales. Alberto encandiló a la audiencia con su charla llena de optimismo en un momento en el que el país todavía se consideraba una de las estrellas de la región, aunque saliendo de un mediocre gobierno. Había mucha preocupación por las próximas elecciones y la incertidumbre sobre el nuevo gobierno que se pudiera elegir.

Nos brindó una muy emotiva presentación en la que empezó refiriéndose a su querida Ica y comentando lo que escuchaba en sus innumerables viajes cuando mencionaba que era peruano. Los que nos habían visitado le decían que teníamos un lindo país, con gente agradable, cultura milenaria, riqueza arqueológica, comida espectacular y que trataba muy bien a los visitantes, por lo que sin duda volverían. Pero también escuchaba que muchos pensaban que, por falta de ambición, por una tendencia autodestructiva, y temor al éxito, no aprovechábamos los inmensos recursos que nos ofrece el país. Él se negaba a aceptar eso y más bien indicó que solo requeríamos un liderazgo responsable. Con optimismo resaltó que habíamos logrado levantar al país de la bancarrota, los enormes avances del Perú desde la década de los noventa y nuestras inmensas ventajas competitivas en una serie de sectores, incluyendo a la agroindustria, minería y turismo, que podríamos aprovechar mejor si le ponemos más esfuerzo.

Nos retó a ser más optimistas y ambiciosos para consolidar las reformas económicas y fortalecer nuestra infraestructura y educación. Comentó que podíamos tener la mejor bolsa de valores para financiar pymes en la región, un puerto a nivel mundial, un gran aeropuerto en el Cusco y duplicar el número de turistas, entre otros proyectos, si nos lo proponíamos. Los retos son más grandes ahora, debido al contexto internacional y doméstico más duros que enfrentamos con costos de financiamiento más altos y mucho descontento social, pero las oportunidades se mantienen.

Si Alberto pudiera acompañarnos en un futuro CADE, estoy seguro que nos habría brindado otra charla apasionada y optimista recordándonos que el Perú es un país maravilloso que ofrece muchas oportunidades que podríamos aprovechar en beneficio de todos los peruanos si pensamos en grande, le ponemos ganas y elegimos un liderazgo responsable. Descansa en paz, Alberto.

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