"Lamentablemente, no se aprende educación cívica de un día para otro. Requiere implementar reformas en el sistema educativo".
"Lamentablemente, no se aprende educación cívica de un día para otro. Requiere implementar reformas en el sistema educativo".

La falta de cívica es evidente en el país y una preocupación de larga data debido a su impacto negativo sobre nuestro desarrollo. Educar cívicamente incluye enseñar a los alumnos ética y moral, los derechos y responsabilidades de los ciudadanos y el funcionamiento de los distintos poderes del Estado. Esta tarea se ha descuidado en nuestro sistema educativo y limita la capacidad de un gran porcentaje de ciudadanos para tomar decisiones informadas o comportarse civilmente. Incide particularmente sobre nuestra capacidad de elegir a personas idóneas para cargos como congresistas, gobernadores o alcaldes, donde evidentemente hemos hecho un pésimo trabajo, eligiendo a personas sin capacidad para los cargos, incluyendo a muchos sin escrúpulos para delinquir y enriquecerse personalmente.

Hace unas semanas se aprobó el retorno a la bicameralidad. Lo positivo es que tendremos una segunda instancia deliberante al aprobar leyes, que ojalá descarte aquellas disparatadas, como muchas aprobadas en años recientes. Pero los especialistas coinciden en que el texto requiere ajustes. Pero, aun con las mejoras, si elegimos como senadores a personas con el mismo perfil de nuestros recientes congresistas, de poco va a servir el cambio más allá de darles trabajo a personas que no piensan en el desarrollo del país; y solo implicará más gasto público sin mejoras significativas en la calidad de las leyes.

Requerimos una población cívicamente educada para contrarrestar la desinformación, la apatía y que estén dispuestos a luchar contra la corrupción. Ciudadanos bien educados cívicamente, conocedores del funcionamiento de las instituciones y las leyes, estarán empoderados para abogar por sus intereses. Otra ventaja de la educación cívica es que reduce la polarización social, ya que facilita que los ciudadanos encuentren puntos en común para un diálogo que sea constructivo.

Lamentablemente, no se aprende educación cívica de un día para otro. Requiere implementar reformas en el sistema educativo, reincorporando cursos de educación cívica desde las etapas iniciales, asegurando que los estudiantes adquieran conocimientos sólidos sobre la estructura del gobierno, los derechos y responsabilidades individuales y colectivas, así como la importancia de la participación ciudadana. Sin el apoyo de la sociedad civil en su conjunto, esto no va a ocurrir.

En conclusión, la falta de educación cívica en el Perú tiene consecuencias significativas en la sociedad con efectos negativos muy graves como la desinformación, mala elección de autoridades y polarización. Para construir una sociedad más informada, democrática y justa debemos atacar esta deficiencia. Obviamente, esto también implica tener profesores competentes y con valores, lo que es difícil cuando no respetamos la meritocracia en dicho gremio. Requerimos también autoridades honestas y confiables.

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