/getHTML/media/1239666
Eduardo Pérez Rocha: "Que la Policía diga la verdad, Vladimir Cerrón se fue del país"
/getHTML/media/1239537
José Baella sobre caso Vladimir Cerrón: "Se debería investigar la contradicción de la Policía"
/getHTML/media/1239536
Fuad Khoury: "No es el momento para invertir en aviones de guerra"
/getHTML/media/1239269
Impulsared: el programa que promueve el desarrollo a través del emprendimiento
/getHTML/media/1239371
Romy Chang sobre 'Chibolín': "La caución asegura la permanencia de Elizabeth Peralta"
/getHTML/media/1239361
José Carlos Mejía, abogado de agente 'Culebra' habla sobre supuesto atentado: "Han sido dos extraños incidentes"
/getHTML/media/1239253
Dina Boluarte endeudará al Perú por S/ 7,500 millones para comprar 12 aviones de combate
/getHTML/media/1239252
Adrián Simons: "Tipificar terrorismo urbano no soluciona nada"
/getHTML/media/1239251
Todo lo que debes saber sobre el sorteo 'Escapada de Primavera'
/getHTML/media/1239126
Gobierno de Dina Boluarte sin rumbo ante criminalidad | La Voz del 21
/getHTML/media/1239123
Víctor García Toma: "El JNE debió anular la inscripción de A.N.T.A.U.R.O"
/getHTML/media/1239120
Mariano González: "Este gobierno-Dina Boluarte- representa más al crimen que a los peruanos"
/getHTML/media/1239127
Malena Morales de Alicorp y su compromiso con los emprendedores peruanos en Marcas y Mercados
/getHTML/media/1238304
Los mejores libros del siglo XXI según The New York Times | Biblioteca de Fuego
/getHTML/media/1238207
118 mujeres han sido víctimas de feminicidio en lo que va de 2024
PUBLICIDAD

[Opinión] César Luna Victoria: “Mi villano favorito”

Imagen
Fecha Actualización
Hablemos de El chico de Oklahoma, que siguió por La senda del crimen, del Dinero Fácil, A la caza de herederos, al O todo o nada, dando Duro y a la cabeza. Los envidiosos dirán que era el Predilecto de Mujeres enamoradas, un Mujeriego, ¡Ay! Qué rubia. En resumen, un Duro de pelar, persiguiendo Los peligros de la Gloria o La avidez de la tragedia, como si fuese un Desfile de candilejas, en La ciudad siniestra que recorría como El gran tipo. Esa sería la biografía de los personajes de James Cagney, contada desde los títulos de sus películas de los años treinta. Actúo a ser el matón del barrio, el jefe de la mafia y el gánster americano. Era violento, salvaje y cruel. Entre sus escenas más grotescas, recreada por Los Simpson por si hubiese dudas, está aquella en la que estruja una toronja en la cara a la novia de turno, en El enemigo público.
Pero, ¿cómo así este actor de personajes perversos fue galardonado por la Academia y sus películas están en la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos, nada menos que por ser “… cultural, histórica y estéticamente significativas”? Hay una escena en Los Ángeles de caras sucias. El personaje es sentenciado a muerte. Se muestra valiente y altivo. Entonces su amigo de la infancia, el sacerdote en la ejecución, le ruega que impida que lo imiten los chicos de los bajos fondos. En un último gesto de nobleza y madurez, el personaje finge cobardía, llora por clemencia y tiene que ser arrastrado a la silla eléctrica. Esta vez, el personaje muere como criminal y como ídolo. Se redime y, como epílogo, deja el ejemplo de que siempre se puede corregir, al menos para que los chicos que vengan después aprendan de otras lecciones.
En el Perú de hoy cada uno es un villano a su modo. Algunos por haber sido delincuentes o cómplices, otros por haberlo tolerado y los demás porque no nos importó mucho. Va por los crímenes de unos y de otros durante el terrorismo, por la corrupción de todos los gobiernos, por la justicia politizada, por la política licitada al mejor postor y por la incapacidad de gobernarnos como país, pero, sobre todo, va porque estamos paralizados. A estas alturas, comentar lo mal que está todo no sirve, y eso vale para esta columna también.
¿Qué hacer? No lo sé. Diría que desde hace mucho el paradigma de la política es el éxito a corto plazo de uno versus el fracaso del otro. En eso se nos ha ido la vida. Mientras tanto, la salud, la educación, la verdadera justicia y la prosperidad económica han quedado de rehenes en medio de esas batallas mezquinas. La liberación de Alberto Fujimori, la incapacidad de gobierno del presidente Pedro Castillo, los conflictos de intereses de muchos grupos parlamentarios, la politización del Ministerio Público, los juicios por corrupción y muchos conflictos más tienen que ser tratados en conjunto hacia adelante. No para intercambiar favores, sino para crear nuevos paradigmas. Parecerán actos de cobardía y traición solo si los miramos desde el pasado que nos condena. En cambio, para los nuevos paradigmas, serán actos de valentía y madurez. Nos costará muchísimo. Es el precio por pagar para que los que vengan aprendan de otras lecciones.
TAGS RELACIONADOS