/getHTML/media/1239666
Eduardo Pérez Rocha: "Que la Policía diga la verdad, Vladimir Cerrón se fue del país"
/getHTML/media/1239537
José Baella sobre caso Vladimir Cerrón: "Se debería investigar la contradicción de la Policía"
/getHTML/media/1239536
Fuad Khoury: "No es el momento para invertir en aviones de guerra"
/getHTML/media/1239269
Impulsared: el programa que promueve el desarrollo a través del emprendimiento
/getHTML/media/1239371
Romy Chang sobre 'Chibolín': "La caución asegura la permanencia de Elizabeth Peralta"
/getHTML/media/1239361
José Carlos Mejía, abogado de agente 'Culebra' habla sobre supuesto atentado: "Han sido dos extraños incidentes"
/getHTML/media/1239253
Dina Boluarte endeudará al Perú por S/ 7,500 millones para comprar 12 aviones de combate
/getHTML/media/1239252
Adrián Simons: "Tipificar terrorismo urbano no soluciona nada"
/getHTML/media/1239251
Todo lo que debes saber sobre el sorteo 'Escapada de Primavera'
/getHTML/media/1239126
Gobierno de Dina Boluarte sin rumbo ante criminalidad | La Voz del 21
/getHTML/media/1239123
Víctor García Toma: "El JNE debió anular la inscripción de A.N.T.A.U.R.O"
/getHTML/media/1239120
Mariano González: "Este gobierno-Dina Boluarte- representa más al crimen que a los peruanos"
/getHTML/media/1239127
Malena Morales de Alicorp y su compromiso con los emprendedores peruanos en Marcas y Mercados
/getHTML/media/1238304
Los mejores libros del siglo XXI según The New York Times | Biblioteca de Fuego
/getHTML/media/1238207
118 mujeres han sido víctimas de feminicidio en lo que va de 2024
PUBLICIDAD

[Opinión] César Luna Victoria: “De peste en peste”

Imagen
Fecha Actualización
Hace 20 años que los japoneses usan mascarillas. Parecía una extravagancia, pero era la herencia de epidemias respiratorias de principios de siglo causadas por parientes del COVID-19. Así que cuando esta pandemia brotó en China, hace tan solo tres años, asumimos que, como había ocurrido antes, no llegaría por aquí. Error, a los dos meses nos encerraron. Sirvió poco, morimos por montones. El mundo cambió, como lo hizo con las dos grandes epidemias de la historia. La más conocida es la peste negra en la Edad Media, a finales del siglo XIV. Se le llamó así por las hemorragias cutáneas y las gangrenas que daban un tono negruzco a las víctimas. Probablemente la peste se originó, para variar, en China y viajó a Europa en las caravanas de los mercaderes de la Ruta de la Seda. Dicen que mató entre el 30% y el 60% de la población europea. La segunda ocurrió en América, durante la Conquista. Los españoles trajeron viruela, sarampión y gripe que mataron entre el 50% y el 80% de la población originaria, que no era inmune. Por estos valles, durante el Tahuantisuyo, fuimos como cinco millones. Sobrevivió apenas un millón. El Perú tardaría 300 años en recuperar esa población, hacia mediados del siglo XIX.
Las epidemias producen escasez de mano de obra y, como es el activo más importante, transforma la economía. En la Europa pos peste negra, la escasez hizo que los patrones tuvieran que pagar más a campesinos y trabajadores. Hubo transferencia de riqueza que, con el tiempo, generó burguesía, banca y capitalismo. La medicina se hizo menos religiosa y más científica. Para evitar otras epidemias, las ciudades tuvieron más poder para controlar salud y comercio. Vendrían luego el Renacimiento, la revolución protestante y el encuentro con América. En la América conquistada, en cambio, el modelo era captar excedentes mediante tributos. Pero como había pocos a quien cobrar, se les agregó trabajo forzado. De contribuyentes a casi esclavos. El Estado más que un administrador de territorio fue un garante del suministro de mano de obra. Por eso concentró a las gentes en las comunidades campesinas, que no son una nostalgia inca sino un invento colonial. Mezcladas política y economía, prosperó la corrupción. De ahí nos viene. Luego nos limitamos a la minería, no porque la tuviésemos en abundancia, sino porque era lo único de valor que se podía generar con poca mano de obra. Fuimos integrados al mundo como básicos exportadores de materias primas.
¿A dónde iremos a parar pos-COVID-19? Un dato para empezar: esta vez no ha habido hecatombe demográfica porque, a pesar de tanta muerte, no se llegó al 1% del total. Sin embargo, se han acelerado dos procesos negativos en Perú: hay más pobres (de 20% a 30%) y más gente trabajando de informales (80%). Todo porque la economía se recesó más por la cuarentena. Lo previsible: en la maratón de los países, cada vez estaremos más lejos del desarrollo. La política no está mejor. La incapacidad del Estado, que venía de antes pero que fue evidente durante la pandemia, incrementó frustraciones acumuladas. Si uno patalea cuando se frustra, pues a las sociedades les pasa igual. Su berrinche son las protestas violentas de ahora. No hay que inventar mucho. Inversión para que la economía se reactive y más democracia de la buena. Beneficios para todos, pero también responsabilidades para todos. Intelectualmente es muy simple, pero ya sabemos que hacerla realidad es muy muy difícil. Pero es lo que toca, no hay otra. La historia nos recordará por haber sido generosos en el sacrificio de lograrlo o nos olvidará por haber sido mezquinos por conservar comodidades.
TAGS RELACIONADOS
PUBLICIDAD
PUBLICIDAD