Yevgeny Prigozhin en un cementerio de combatientes caídos del PMC Wagner en el asentamiento de Goryachiy Klyuch en la región de Krasnodar, en el sur de Rusia, el 6 de abril de 2023. (Foto de Handout / TELEGRAM/ @concordgroup_official / AFP)
Yevgeny Prigozhin en un cementerio de combatientes caídos del PMC Wagner en el asentamiento de Goryachiy Klyuch en la región de Krasnodar, en el sur de Rusia, el 6 de abril de 2023. (Foto de Handout / TELEGRAM/ @concordgroup_official / AFP)

“Dead man walking” (“hombre muerto caminando”) es una expresión que surgió en Estados Unidos a comienzos del siglo XX cuando los encarcelados gritaban esas palabras viendo a los guardias conducir al condenado al cadalso.

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Es curioso que un hombre como Yevgeny Prigozhin, líder del grupo mercenario Wagner, tan familiarizado con la muerte de sus camaradas y enemigos, y siendo tan cercano a Putin, no supiese que él era un “dead man” caminante, volando, navegando o en cualquier situación y lugar, luego del intento real o ficticio de confrontar a un líder que tiene una extensa lista negra de asesinatos en su haber.

Prigozhin era un mafioso y un criminal de guerra, “no se chupaba el dedo” y, como persona del entorno íntimo de Putin, sabía que muchos de los magnates, exministros, exespías, periodistas y rivales políticos del jefe máximo de Rusia “han sido suicidados”, “han sufrido accidentes extraños” o “se han envtenenado casualmente”, como el expresidente ucraniano Viktor Yúshchenko cuando era el candidato prooccidental en las elecciones de 2004 luego de un fraude cometido con complicidad de Moscú (¡antecedente importante para quienes dicen que Putin no se involucraba en la política ucraniana antes de que Occidente lo hiciese!), o el intento de envenenar a su rival político Alexey Navalny en 2020.

Wagner fue fundado en 2014 por un agente de élite del ejército ruso, Dimrty Utkin —quien también murió en el avión “accidentado”—, para ayudar a las tropas rusas en Siria y África, pero luego entró Prigozhin a financiarlo. Utkin era neonazi y admiraba al compositor alemán del siglo XIX Richard Wagner, excelente músico y detestable antisemita cuyas obras fueron utilizadas por el nazismo para resaltar la supuesta grandeza de la raza germánica aria sobre las demás. De ahí que un grupo mercenario ruso tenga un nombre alemán.

Sobre los restos de Prigozhin y Utkin, Putin quizá se deleitó con la marcha fúnebre “El ocaso de los dioses” de la ópera épica de Wagner: “Sigfrido”, una de las cuatro que componen “El anillo de los Nibelungos”.

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