[Opinión] Andrés Chaves: Vergüenza (Inter)nacional

Medio en broma, medio en serio se habla de Arequipa como república independiente. Ese mote se ancla en eventos reales; en particular, la revolución de 1858 en contra de Castilla y la rebelión frente a la dictadura de Odría en 1955. Pero dejando los textos de historia, nos siguen diciendo extranjeros y pidiendo pasaporte, por tener un terco (y poco molestoso) orgullo de haber nacido en la tierra del rocoto relleno.

Y aunque siempre buscamos excusas para inflar el pecho, desde hace unos años un personaje ha sido fuente, casi inagotable, de vergüenza. Ya en su campaña a gobernador, Cáceres Llica saltó al escenario nacional con una recatafila de denuncias, incluyendo tres por violación, que fueron archivadas irregularmente.

Llegó la pandemia y es difícil imaginar una autoridad peor preparada para enfrentarla. En medio de la devastadora primera ola en Arequipa, se descubrieron más de 40 toneladas de medicinas y equipos sanitarios sin repartir. Luego, ha sido una poza de desinformación: exigiendo una ley para repartir dióxido de cloro, sugiriendo comer carne de llama para curar el virus y proponiendo usar carritos D’Onofrio para trasladar la vacuna. En la ciudad, al hablar del personaje, muchos ríen para no llorar, pero lo cierto es que el daño será duradero: atrasando la descentralización que nuestra realidad nacional pide a gritos.

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El viernes fue detenido por el caso Los Hijos del Cóndor como presunto cabecilla de una red criminal que entregaba coimas, terrenos y obras a cambio de favores políticos. Al ser arrestado, estaba en evidente estado de ebriedad.

Desgraciadamente, más que un caso aislado, la elección de Cáceres Llica nos inserta en una ola de auge global del peor tipo de populismo: cínico, oportunista y, sobre todo, groseramente ineficiente para atender a la ciudadanía.

Lea mañana a: Javier Alonso de Belaunde

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