[OPINIÓN] Andrés Chaves: “Ofensiva ilegal”. Foto: Vico Méndez.
[OPINIÓN] Andrés Chaves: “Ofensiva ilegal”. Foto: Vico Méndez.

El peruano es chamba. A pesar de todos nuestros problemas seguimos, obstinadamente, avanzando porque está en nuestro ADN trabajar duro. Sin embargo, la informalidad continúa siendo la realidad para la gran mayoría de peruanos: el 73% de los trabajadores tiene un empleo en el mercado negro.

La formalidad en el Perú no avanza porque recibe ataques pasivos. El desgaste gradual es continuo porque leyes y normas excesivamente rígidas alejan a las empresas que están al borde de la formalización y estrangulan a las que operan dentro del marco legal.

La informalidad es un lastre para los menos afortunados, pues un empleado del mercado negro es más susceptible a abusos, injusticias y despidos repentinos. Si bien estas empresas evaden impuestos, los que terminan pagando son sus trabajadores desprotegidos y, en muchos casos, el medioambiente.

Si bien esta lenta espiral viene ocurriendo desde hace años, algo nuevo viene ocurriendo en el país. Empujados por el nefasto gobierno de Castillo/Cerrón y otras organizaciones criminales, ahora la ilegalidad ha pasado a la ofensiva.

La trágica noticia de nueve fallecidos en la empresa minera Poderosa es prueba de que estamos entrando a una nueva fase. Al igual que el asesinato de Quinto Iruma, que suma a la cifra de líderes indígenas eliminados por grupos ilegales en nuestra Amazonía. Se evidencia también en el comportamiento mafioso de la fiscal que sigue protegiendo a ‘Los Niños’ y a los culpables del caso Lava Jato.

La ilegalidad es el nuevo enemigo común del Gobierno, ciudadanos, empresas y defensores del medioambiente. Si no es combatida de manera inteligente y directa, una nueva espiral se formará, pero no gradual y pasiva, sino voraz y fulminante.