[OPINIÓN] Andrés Balta: Para salvar las democracias, legalicen las drogas

La libertad no solo nos aproxima a la igualdad dentro un Estado de Derecho. También sirve para salvar a las democracias del crimen trasnacional organizado.

Encarémoslo. La única fuente de financiamiento comparable a las capacidades de producción y de generación financiera de la democracia norteamericana es la economía ilícita global. Frente a ello solo hay concursos estatales por ser “El mejor sordo que no quiere oír” o “El hipócrita más sutil al taparse un ojo”.

En el foro “Defensa de la Democracia en las Américas” el analista Hugo Acha señaló: en 2018, a partir de Venezuela y únicamente desde las fuerzas armadas revolucionarias de Colombia, salían 240 toneladas métricas de cocaína, a un valor de mercado final de 39.2 billones de dólares. Añadió: “Eso es más que suficiente para financiar todos los movimientos políticos que le hacen frente a los partidos tradicionales y democráticos de nuestra América”. Y agregó que Bolivia habría triplicado o quintuplicado su producción de cocaína (entre 480 y 800 TM/año), entendiéndose por qué Evo Morales es pieza esencial para un esquema global de estados utilitarios que despertó el interés de Beijing, Teherán y Moscú, advirtiéndonos: “Esto es a lo que nos enfrentamos, de esto defendemos a la democracia”. Urge que las democracias reconozcan que se están enfrentando a modelos que no juegan con sus reglas a nivel global.

Hagámosle Tai Chi al superpoder de las drogas y usemos su maña y fuerza contra él. Quitémosle la prohibición a su negocio y descalabraremos su amenaza. Legalicémoslo y desaparecerán los delitos vinculados a él (lavado de activos incluido). No hay otra forma de vencer: para salvar las democracias, legalicen las drogas.