"¿Qué causas podrían haber motivado el letargo de siete años para que se sacaran a concurso público estos proyectos?" (Foto: Proinversion / Flickr)
"¿Qué causas podrían haber motivado el letargo de siete años para que se sacaran a concurso público estos proyectos?" (Foto: Proinversion / Flickr)

La tragedia del COVID-19 desnudó la precariedad de nuestro sistema de salud. No hace falta entrar en detalles en esto, pues todos directa e indirectamente lo hemos sufrido. Por lo cual, no se explica cómo así Proinversión teniendo en cartera desde hace siete años los proyectos para la construcción y puesta en marcha de los hospitales de alta complejidad en Chimbote y Piura y un Instituto del Niño y el Adolescente (INA) —este último planeado para atender a nivel nacional a niños de 0 a 17 años; entregados por aquel entonces por Essalud para su respectiva adjudicación mediante Asociación Público Privada (APP)—, contrarios al “sentido de urgencia”, como si el Perú estuviese sobrado de centros de salud, la convocatoria a concurso público recién haya ocurrido hace algunas semanas, pero ¡ojo!, solo en cuanto a los dos hospitales, se desconoce la suerte del INA.

¿Qué causas podrían haber motivado el letargo de siete años para que se sacaran a concurso público estos proyectos? Sorprende, la verdad, el hecho, viniendo de Proinversión, que promueve la inversión privada vía modalidades de contratación que en teoría son más ejecutivas, caso las Asociaciones Público Privadas, Obras por Impuestos.

El asunto es que todo letargo, tratándose de temas de salud, afecta la calidad de vida de los ciudadanos y compromete la necesaria prestación de servicios asistenciales, en este caso, de los pacientes del Seguro Social. Bueno fuera que estuviésemos ahora en 2023 en la antesala de la inauguración de los dos hospitales de Alta Complejidad en Chimbote y Piura, regiones sensiblemente golpeadas por constantes fenómenos climatológicos que traen consigo lluvias, huaicos, inundaciones, enfermedades y plagas subyacentes como el dengue. Pero no, recién se han contratado las empresas que se encargarán de su construcción e implementación, lo que dada su alta complejidad tomará años en hacerse y ponerse en funcionamiento ¡Francamente!

Y a todo esto, ¿qué fue del Instituto del Niño y el Adolescente, cuya sede se proyectó levantar en terreno propio de Essalud, al costado del Hospital Rebagliati en el distrito de Jesús María?, ¿Proinversión no lo sacará a concurso público como a los otros proyectos? ¿Es que los niños y adolescentes no son prioridad para nuestras autoridades?, ¡Ah! Y no se vaya a pretextar que no fue posible ponerse de acuerdo con las autoridades municipales, eso sería en mi opinión, un pretexto facilista para justificar posibles inacciones. El tema no puede quedarse en el limbo, se necesitan respuestas. Aló, Proinversión; Aló, Essalud.

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