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[Opinión] Ana Jara: Decididos a coexistir en el poder
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¿Creen que no nos damos cuenta de que van hacia una cohabitación el Ejecutivo y Congreso hasta el 2026? Al cierre de esta columna, no se han logrado los votos necesarios para siquiera ampliar la agenda del Parlamento y ventilar las iniciativas de adelanto de elecciones generales para este 2023, ya que lo avanzado, de que se celebrase en abril del 2024 y que fue todo un parto consensuar, quedó sin efecto por el inesperado cambio de postura de Fuerza Popular, no socializado con las demás bancadas, de hacerse los comicios este mismo año, deshaciéndose lo andado y retrotrayéndose el debate al estadío de que sin asamblea constituyente de por medio no habrá la ansiada votación calificada.
Así las cosas, salvo que se amplíe por cuarta vez la legislatura para generar ese espacio de consenso en el Congreso –lo que se será difícil, máxime si hubo el retiro de firmas de la Junta de Portavoces con ese propósito por parte del Bloque Magisterial (de las canteras castillistas, cuyos miembros ya dialogan con los ministros de Estado)–; o que la presidenta de la República, Dina Boluarte, ponga fin a esta agonía renunciando al cargo de motu proprio, lo que parece improbable a juzgar por sus reiteradas declaraciones, de que a su juicio aquello no solucionaría nada aunque las masas señalen que en esto no transigirán, tendremos a estas entidades coexistiendo en el poder hasta el término de su mandato en el 2026.
Por más finta que hagan, es claro que tácitamente han decidido quedarse en sus cargos sin que se les mueva un pelo, amparados en legalismos más que en la legitimidad de su permanencia, al ir en caída libre en sus niveles de aceptación -cercanos a un dígito- de parte de la ciudadanía, de donde precisamente nace que sean reconocidos y obedecidos.
La clase política tiene que estar a la altura en dar salidas a la actual conflictividad social; pero al negarse a compatibilizar sus posiciones opuestas en el adelanto de las elecciones generales para la alternancia en el poder, ni hacer uso de los mecanismos de control exigiendo responsabilidades políticas (porque la justicia ordinaria tomará su tiempo) por las 60 vidas apagadas en el contexto de la protesta social, ni de los siete policías emboscados en el Vraem –enviados como ovejas al matadero sin el cuidado y sigilo necesarios al ser zona narcoterrorista–, están engendrando o facilitando el surgimiento de un caudillo de la ultraderecha o de la ultraizquierda que capitalice todos los odios, fobias, temores, descontento, racismo, clasismo de nuestra actual sociedad, que de llegar al poder hará más ingobernable el país de lo que ha sido en estos dos últimos meses.
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