La verdadera riqueza de Perú radica en su gente. Somos un crisol de culturas, influencias y tradiciones que es imprescindible rescatar, dijo Bustamante. (FOTO:Manuel Melgar)
La verdadera riqueza de Perú radica en su gente. Somos un crisol de culturas, influencias y tradiciones que es imprescindible rescatar, dijo Bustamante. (FOTO:Manuel Melgar)

El Perú es un país maravilloso y lleno de contrastes. Alberga una riqueza cultural, geográfica e histórica que nos hace únicos. Desde la costa hasta la selva, pasando por los Andes, nuestro país es un mosaico de colores, sabores y tradiciones.

Tenemos múltiples motivos para enorgullecernos de nuestra patria. Por su hermosa geografía y sus riquezas diversas, por su historia milenaria y sus culturas ancestrales, por sus héroes protagonistas de valerosas hazañas, por su biodiversidad única en el mundo, pero también por sus monumentos históricos que dan cuenta de cómo nuestros antepasados moldearon el Perú de hoy.

Pero, ¿somos una sola nación? Creo que no. Los de la costa no incorporan a la sierra ni a la selva en su universo cultural y social; los de la sierra, aguerridos, resentimos la indiferencia, y los selváticos sufren del olvido del resto; mientras los limeños se miran el ombligo. Nos relacionamos con recelo, fijamos posiciones antagónicas, nos descalificamos y eso se refleja en la sociedad y en la política.

La verdadera riqueza de Perú radica en su gente. Somos un crisol de culturas, influencias y tradiciones que es imprescindible rescatar. El país de Miguel Grau, Chabuca Granda, Javier Pérez de Cuellar, Andrés Roca-Rey, Mario Vargas Llosa, Arturo (el Zambo) Cavero, Tilsa Tsuchiya, Susana Baca, Alberto Benavides de la Quintana, Eva Ayllón, Sofía Mulanovich, Jorge y Vito Rodríguez Banda, Gastón Acurio, Carlos Baca-Flor, los hermanos Yaipén, los Añaños, Juan Diego Flórez, y muchos peruanos más que hicieron y hacen más grande nuestra patria.

Dicen que “nadie es profeta en su tierra”; sin embargo, los comensales de Virgilio Martínez (Central) o de Misha Tsumura (Maido) son principalmente extranjeros que vienen al Perú en busca de experiencias culinarias y encuentran eso y mucho más. Juan Diego Flórez, el tenor lírico más reconocido en el mundo, promueve la cultura y música peruana, a la vez que su fundación Sinfonía por el Perú inculca el amor por la música en niños peruanos.

Carlos Rodríguez Pastor creó un imperio financiero y de venta minorista, mientras su pasión está en proveer educación de calidad a los peruanos. Pasión que comparte Eduardo Hochschild y que la complementa con el patrocinio al arte. La artista Sara Flores (nacida con el nombre Shipibo-Conibo de Soi Biri) deslumbra al mundo con su arte pictórico, y quien inspira a la modista peruana Ana María Álvarez Calderón a llevar el arte Shipibo a las pasarelas más exclusivas del mundo, generando así un círculo virtuoso.

Este es el Perú que debemos celebrar y promover. Un país pujante y solidario que lucha por ser mejor. Valoremos lo que tenemos. Es mucho y muy bueno. Quizás así nos entenderemos mejor. ¡Viva el Perú!

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