(GEC)
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-La Presidencia peruana viene a menudo acompañada de escandaletes familiares. Fujimori nos regaló broncas inmensas y vergonzosas con su esposa, además de que su familia estuvo metida en líos baratos de ropa usada. El clan Toledo y Eliane Karp también protagonizaron innumerables hechos bochornosos: cada hermano de Toledo era peor que el otro y el sobrino Coqui era una pieza, además de esos amigos inmortales de farras como ‘Filete’, Pollack y Johnnie Walker. García II fue más listo en su momento y reconoció públicamente un adulterio e hijo consiguiente, lo que desinfló la batahola. Humala tenía ejemplares rarísimos en sus padres y hermanos, que eran una sarta de marcianos imbuidos de estrambóticas teorías raciales andinas. Y la “borrachita de poder” Nadine fue quien finalmente nos gobernó, exitosamente hasta que se le ocurrió la estúpida idea de posar para la portada de una revista de alta sociedad e irse de boca allí con un periodista chismoso que ella consideraba aún como su viejo amigo de la universidad. Luego aparecieron sus dichosas libretas. PPK no tuvo líos de este tipo, como tampoco Sagasti, mientras que Vizcarra sí los tuvo y muchos: Primero, tuvo una extraña historia con ese personaje llamado Richard Swing y después fue ampayado echando al parecer una canita al aire en Cusco, lo que incluso ha originado una canción popular con unos poemas. Castillo y su family (sobrinos, etc.) han sido rochosos desde el saque y ahora hasta su esposa y cuñada están en problemas. Desde los Toledo que no veíamos actores tan chacras y pintorescos.

-¡Qué gracioso el tan polémico presidente del JNE Salas Arenas de pedir que se cree el nuevo delito de “acoso a jueces de organizaciones judiciales”, como leí ayer en Perú21! O sea, va preso todo aquel que ose criticarle. Me imagino que colegas suyos como San Martín sonreirán, pues también les beneficiaría. ¡Qué tal cuajo que se maneja este Salas Arenas! Ese no debería seguir presidiendo el JNE porque nadie confía en él.

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