"Francisco Lombardi era el menos malo de lo muy malo que es el cine peruano, pero de lo que se ha adelantado sobre la película que estrena pronto uno puede saber que será un “bodrio delirante” por ideologizado y polarizador..."
"Francisco Lombardi era el menos malo de lo muy malo que es el cine peruano, pero de lo que se ha adelantado sobre la película que estrena pronto uno puede saber que será un “bodrio delirante” por ideologizado y polarizador..."

Siempre he considerado como bastante malo al cine peruano. Salvo escasas excepciones, los actores son muy improvisados y poco naturales, los diálogos son forzados, las tramas son esquemáticas (además de estar llenas de moralina y ser muy aburridas) y la dirección es demasiado informal. En lo cómico o el terror funcionan algo mejor, porque el espectador está dispuesto a perdonar eso a cambio de soltar unas risas o asustarse un poco. Pero las “películas serias” a menudo calzan milimétricamente en aquello que los mismos críticos “progres” de cine de los años 70 tildaban de “bodrios delirantes”.

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Son de vergüenza ajena, a mil años de las películas que se producen en Argentina, México o Brasil (ya ni siquiera menciono otros lares). No salen de seudoindigenismo caviar, terrorismo con mensajes antimilitares, crítica social forzada e indigenismo telúrico. Lo más penoso es que últimamente el pobre contribuyente las financia a través del Ministerio de Cultura.

Es más, acaban de solventar un documental que es una apología del finado político castrista Javier Diez Canseco, que me imagino que versará sobre sus conocimientos en temas bursátiles o los conflictos de interés que puede haber entre un legislador, su legislación y las inversiones familiares.

Francisco Lombardi era el menos malo de lo muy malo que es el cine peruano, pero de lo que se ha adelantado sobre la película que estrena pronto uno puede saber que será un “bodrio delirante” por ideologizado y polarizador, pues versa sobre un maloso viejo blanco y rico (¡Encima es un minero!) que trata despectivamente a su empleada joven e indígena. El rico blanco malévolo y su humilde víctima cobriza… ¿Más maniqueo y estereotipado se puede ser? Ni siquiera el título es original, pues recuerda a la célebre “La decisión de Sofía” (le hubiera puesto “Paco Yunque II”). ¡Qué ganas de hacer filmes caviares con moralina social y “mensaje”, de meter más cizaña entre peruanos, más aún en estos tiempos de tanta inquina y división!

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Patricia Roman abogada de Lucía Velarde