Santiago Pedraglio: Tres PNP asesinados: ¿narcoterrorismo?

El 6 de setiembre, tres policías fueron asesinados en Huancavelica cuando viajaban en dos camionetas de la PNP, durante una acción caracterizada por el oficialismo y los medios de comunicación como un “ataque narcoterrorista”.

Una pregunta que cabe plantear es a qué enemigo se está enfrentando el Estado en casos como este. Cuando se dice “narcoterrorista”, en la cabeza de los peruanos surge la idea de una alianza entre narcotraficantes y Sendero Luminoso, o entre narcotraficantes y remanentes de ese grupo que aún actúan en el valle de los ríos Apurímac, Ene y Mantaro (Vraem), y en provincias aledañas.

El abc de la acción militar es tener un conocimiento cabal del enemigo. Por eso, la mencionada caracterización debería emplearse con una claridad mayor. ¿Se está, efectivamente, frente a una alianza entre narcotraficantes y remanentes de Sendero? ¿O es un grupo dirigido por narcotraficantes que utilizan a remanentes senderistas? La distinción es importante porque la lógica de actuación no sería la misma. Sin duda, unos y otros pueden emplear el terrorismo, y de hecho lo hacen. Sin embargo, al margen de lo preocupante de esto, es crucial distinguirlos para entender sus propósitos y saber su estrategia en cuanto a la captación de personas, el copamiento del territorio y el uso de los corredores.

En el caso del narcotráfico, por ejemplo, que busca sacar su producción de la zona para comercializarla al mejor precio, los corredores estarían especialmente orientados hacia la costa, para trasladar su producción hasta caletas o puertos costeños, así como hacia Bolivia, por vía aérea, o hacia Brasil por largos recorridos fluviales. ¿Cuáles serían el propósito y la estrategia actual de los remanentes de Sendero?

Por último, tampoco puede desdeñarse la posibilidad de que el narcotráfico asentado en el país esté construyendo sus propias fuerzas militarizadas, como lo hizo en Colombia o lo hace en México. En cualquier caso, urgen mayores precisiones.