La empresa Odebrecht era la encargada de los trabajos de la tercera etapa del proyecto Chavimochic.
La empresa Odebrecht era la encargada de los trabajos de la tercera etapa del proyecto Chavimochic.

Es costumbre hacer un recuento de lo ocurrido y lo que se espera para el año que viene. Intentemos ver cómo lo sembrado en 2018 puede ser cosecha en 2019.

Una lección es que no hay “cuerdas separadas” entre lo político y económico. El ejemplo es cómo la corrupción en la obra pública significó enriquecimiento para unos pocos a través de sobrecostos y pérdida de oportunidades para la mayoría de peruanos: pérdida de recursos para infraestructura, más tratamientos de salud, mejor educación, mayor seguridad y menos violencia.

En 2019 esto puede significar la parálisis de los proyectos que deberían ejecutarse o se puede actuar de manera valiente, perder miedo a cuestionamientos y permitir que se genere riqueza agrícola y empleo con Olmos, Majes y Chavimochic.

Podemos quedarnos en la crítica o enfrentar el caos de transporte con sistemas modernos como el metro, que elevará el bienestar de los peruanos, reduciendo distancias y tiempos desperdiciados.

En lo judicial, podemos seguir alimentando nuestro deseo de venganza, aplaudiendo cada encarcelamiento preventivo, por injusto que sea, o podemos exigir que se respete la presunción de inocencia y que encarcelar antes del juicio sea la última opción. De esto dependerá que tampoco haya abuso con esos ciudadanos que no vemos en primeras planas. La economía global claro que nos impacta; venga bien o mal, tenemos una tarea que nos debe mantener trabajando.

Para 2019: menos persecuciones y mejores decisiones, contratos y controles. Para 2019, menos protagonismo político y más obra y atención al ciudadano.

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