¿Competitividad? Punto I de Agenda: Reducir la Anemia

Cada cierto tiempo, la evolución de la anemia en el Perú toma un espacio en los medios de comunicación. Esta vez, entre escándalos de corrupción y ataques políticos, ha logrado llegar a las primeras planas; pero su protagonismo se debe también a que, en un país de ingresos medios, en el Perú la anemia ha aumentado a 43% y, según las nuevas cifras preliminares, podría estar cerca al 46%. Y ha ocurrido en la zona rural y en la urbana, incluidos Lima y Callao.

La anemia es la carencia de glóbulos rojos, compuestos por una proteína (hemoglobina) y oxígeno. Y los glóbulos rojos proporcionan oxígeno a los distintos órganos, permitiendo, entre otros, la correcta formación de las conexiones cerebrales. ¡No nos sorprendamos con los resultados de pruebas censales y PISA! Asumamos nuestra cuota de responsabilidad desde fuera del sistema educativo.

Vista fríamente, la anemia es un problema económico que retrasa el desarrollo del país: el niño anémico no rinde en la escuela, abandona los estudios; obtiene un empleo de baja productividad y un salario bajo, y repite el circulo de pobreza en la siguiente generación.

Hace 50 años, en Chile, Fernando Monckeberg combatió, exitosamente, la anemia. En el 93, Perú siguió su fórmula, pero la dejó por peleas políticas internas. La buena noticia es que la solución sigue a nuestro alcance. Hemos desperdiciado miles de millones y decenas de años y generaciones por mala gestión y por insistir en fórmulas inútiles. Las “chispitas” saben a clavo oxidado y las infecciones (frecuentes en niños pequeños) impiden que el sulfato ferroso se absorba: usemos hierro heminico y démosle el mejor sabor. Que las postas sean un lugar al que la madre vaya tranquila a sus controles y los de sus bebes.

Consejo Nacional, Consejo Privado de Competitividad: Cuesta lo mismo hacer algo frio y ajeno, que algo que sea una experiencia agradable.