/getHTML/media/1238511
Lo último del paro de Transportistas
/getHTML/media/1238503
Rubén Vargas sobre inseguridad: "Se necesita inteligencia no estado de emergencia"
/getHTML/media/1238497
Gilmer Meza de Sutep Lima: "Ministro de Educación -Morgan Quero- debería de renunciar"
/getHTML/media/1238485
Alfonso Bustamante CONFIEP sobre inseguridad: "No hay liderazgo, hay ineficiencia"
/getHTML/media/1238306
Mariana Costa de Laboratoria habla sobre sus encuentros Obama y Zuckerberg en La del Estribo
/getHTML/media/1238304
Los mejores libros del siglo XXI según The New York Times | Biblioteca de Fuego
/getHTML/media/1238303
¿Cementos y fútbol femenino? Gabriel Barrio de Unacem en Marcas y Mercados
/getHTML/media/1238207
118 mujeres han sido víctimas de feminicidio en lo que va de 2024
/getHTML/media/1238198
Lo último: allanan la casa de 'Chibolín'
/getHTML/media/1237508
Hugo de Zela sobre viaje a EE.UU.: "Se intentó explicar al Congreso, pero Dina no quiso"
/getHTML/media/1237506
Abraham Levy: "Hay mucho desinterés sobre los incendios forestales"
/getHTML/media/1237484
Darío Sztajnszrajber, filósofo: "Aprendamos a vivir el amor también con sus sombras"
PUBLICIDAD

Agredidas todas

Imagen
Fecha Actualización
La decisión de absolver al agresor de Arlette Contreras es una muestra de cuán mal estamos y de lo poco que hemos avanzado en el largo camino hacia una sociedad más justa e inclusiva, sobre todo para las mujeres. Si este fallo judicial se dio por culpa del fiscal, de los médicos legistas o de los jueces; o si está marcado por la corrupción y el poder del agresor, da igual. Sigue siendo la inaceptable absolución de un abusador.
Podemos seguir creciendo, tener la mejor gastronomía, ir al Mundial, podemos seguir contándonos que estar en camino a la OCDE es prueba de que vamos mejorando, pero no. Este fallo, esta falla, muestra que estamos profundamente mal. No hay desarrollo en una sociedad que agrede impunemente a las mujeres. No hay país que progrese si no resuelve los elevados niveles de violencia que enfrenta la mitad de su población.
Hace años el tema de la violencia contra las mujeres está en la agenda pública. El movimiento alrededor de la marcha de #NiUnaMenos de 2016 nos dio esperanza. Miles de mujeres contaron sus historias, hablaron. Miles de hombres entendieron que este no era un tema solo de ellas, sino que nos toca a todos. Miles se involucraron por primera vez en la causa a favor de la equidad de género, desde el sector público, privado y desde la sociedad civil. Hoy esos avances lucen como analgésicos, son curitas que de verdad poco hacen para enfrentar nuestras profundas heridas.
Estamos lejos de encontrar soluciones a la podredumbre que como sociedad hemos legitimado. Hay casos que nos indignan, causas que nos llaman, movilizaciones a las que acudir, y ahí estaremos, pero junto a ello no se ven fuerzas efectivas, ni liderazgos con poder para lograr cambios estructurales. Seguimos solas.
Hay que seguir dando batalla, es un hecho, pero reconozcamos que eso no alcanzará, que todo lo que se avanza, se borra con absoluciones como esta. Nos pegaron, nos agredieron, nos violaron a todas con esta decisión judicial.