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Los Partidos y la democracia
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Con dificultades, deficiencias y todo, la reforma de la justicia parece indetenible. Salvo un pequeño grupo de recalcitrantes, las mayorías la apoyan. Y si hay críticas entre estas últimas es porque quisieran que fuera más acelerada y radical. Este proceso, que supera boicots permanentes, ya muestra un camino hacia el cambio estructural de nuestra débil democracia.
La otra importante reforma en ciernes, que engloba a la política, tiene como tarea principal el abordaje de la aguda crisis por la que atraviesan los partidos políticos. En realidad, esta crisis afecta al carácter representativo de nuestro régimen político. Los estertores del partido PpK, que ganó las últimas elecciones presidenciales, ahora, en medio de intrigas internas entre lo poco y la nada, son un lamentable ejemplo de lo que señalamos. Aunque en diferentes grados, esta enfermedad ya corroe los huesos de muchos otros partidos.
La otra importante reforma en ciernes, que engloba a la política, tiene como tarea principal el abordaje de la aguda crisis por la que atraviesan los partidos políticos. En realidad, esta crisis afecta al carácter representativo de nuestro régimen político. Los estertores del partido PpK, que ganó las últimas elecciones presidenciales, ahora, en medio de intrigas internas entre lo poco y la nada, son un lamentable ejemplo de lo que señalamos. Aunque en diferentes grados, esta enfermedad ya corroe los huesos de muchos otros partidos.
Existen 23 partidos políticos legalmente reconocidos. Y no hay más porque existe una ‘muralla china’ que lo impide. Los requisitos demandados favorecen la corrupción y la cercanía del dinero con la política. Ahora, se les pide entre tres y cinco veces más firmas de ciudadanos que apoyen su inscripción, en comparación con las que se obligan en otros países. Además de los 60 locales partidarios (“truchas”) exigidos como mínimo y por las puras.
Cuanto más requisitos, sube el valor de mercado de los partidos “vientres de alquiler”. Ya sea a disposición de un candidato sin partido (locomotora) y la oportunidad para que sus dueños negocien con los candidatos ‘invitados’, o alquilar el partido a todo dar y costo. Aunque existen algunas excepciones, eso continuará si no hay reforma. Aprovechemos, es momento de cambiar.
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