El problema del empleo en el Perú

(GEC)

Un empleo adecuado es una meta de cualquier ciudadano. En el Perú somos 32 millones de personas. Del total y, según el INEI, 17 millones 700 mil somos parte de la población económicamente activa (PEA), la que a su vez se subdivide en desempleados (3.7%), subempleados (42.2%) y adecuadamente empleados (54.1%). Parece todo bien por la baja tasa de desempleo. Veamos.

En primer lugar, un subempleado, quien obtiene al mes un ingreso menor que S/1,000 (cifra que varía según el Ministerio de Trabajo); en segundo lugar, solo 12.5% de trabajadores tiene capacidad de ahorro.

En tercer lugar, el 66.6% de ocupados en el área urbana son informales. No solo eso, sino que entre octubre de 2018 y setiembre de 2019, aumentaron en 282,500 personas. Del total de trabajadores informales, 22.4% tiene educación primaria y 50.4% educación secundaria. En el grupo de la población joven (menos de 25 años), el 82.6% de ocupados tiene empleo informal. En el mismo sentido, entre los trabajadores con educación primaria, el 89.8% son informales. La proporción de informales baja según se eleva el nivel educativo. Perú tiene 8.5 millones de informales, de los cuales 7 millones 350 mil están en empresas que cuentan con menos de 10 trabajadores.

Por último, el ingreso promedio mensual de un trabajador en Perú es de S/1,610, siendo mayor en los hombres (S/1,853) que las mujeres (S/1,295). Como se trata de un promedio, quienes reciben menores ingresos son los jóvenes (S/958 mensuales).

Podemos seguir dando datos, pero ya es suficiente para tener una idea. El sistema educativo peruano no brinda igualdad de oportunidades. El mercado laboral como consecuencia tampoco. Entonces, ¿cómo hacemos para que el país tenga futuro?

Tags Relacionados:

Más en Carlos Parodi

COVID-19: Siete lecciones sobre la economía

¿Para qué sirven las altas tasas de crecimiento del PBI?

Desaceleración económica en América Latina 2019 y 2020

¿Por qué fallan las proyecciones económicas?

Mercado versus mercantilismo

América Latina: dos razones de la turbulencia política

Siguiente artículo